tUNZI, la tercera sudafricana en triunfar en la historia de esta competición (tras Demi-Leigh Nel-Peters en 2017 y Margaret Gardiner en 1978) y que conquistó al público y al jurado con sus ideas contra el racismo y el machismo, se impuso en la gala celebrada la noche del domingo en Atlanta (EE.UU.) a la puertorriqueña Madison Anderson, nombrada primera dama de honor, y a la mexicana Sofía Aragón, escogida como segunda dama de honor. La noche parecía prometer grandes noticias para las aspirantes latinas, puesto que cuatro candidatas de Latinoamérica (México, Puerto Rico, Colombia y Perú) superaron varios cortes hasta colarse entre las diez finalistas. Sin embargo, el título mundial no viajará esta vez a América Latina, una tierra con gran pasión por estos concursos de belleza pero que no se ha hecho con una corona de esta competición desde que la colombiana Paulina Vega ganara en 2014.

Tunzi, de 26 años y natural de Tsolo, brilló en la gala tanto en la parte de desfiles con traje de baño y vestidos de noche como en las intervenciones ante el micrófono, donde cosechó grandes aplausos de los fans por sus opiniones en contra de la discriminación racial. “Crecí en un mundo en el que una mujer como yo, con mi tipo de piel y mi tipo de pelo, nunca era considerada guapa. Y creo que es hora de que eso se acabe hoy”, dijo Tunzi en su último mensaje antes de la deliberación final. Aseguró que para ella es “un honor absoluto” representar como mujer negra y africana “la inclusión, la diversidad y la representación”. Antes, la sudafricana tuvo que responder a una pregunta sobre qué es lo más importante que se debería enseñar a las niñas. “Liderazgo. Es algo de lo que han carecido las jóvenes y las mujeres por mucho tiempo, no porque no lo quisieran sino por cómo la sociedad ha etiquetado cómo deben ser las mujeres”, afirmó. “Creo que somos los seres más poderosos del mundo (...) Y deberíamos enseñar a las niñas a ganar espacio. No hay nada más importante que ganar espacio en la sociedad y que fortalecerte a ti misma”, agregó. Tunzi también habló sobre su trabajo con la ONU a través de la campaña feminista #HeForShe y calificó de “absurda” la desigualdad que todavía existe entre hombres y mujeres. “No veo por qué las mujeres no pueden recuperar en 2019 el terreno perdido frente a los hombres. Y tampoco veo por qué las mujeres deben seguir siendo víctimas de violencia de género, especialmente a manos de hombres que supuestamente las aman y las cuidan”, opinó. “Quiero retar a los hombres a que de verdad den un paso al frente y enseñen a sus hijos cómo mirar a las niñas como iguales desde una edad temprana. Así, cuando crezcan, serán los hombres que la sociedad necesita”, añadió.

Ya con la corona en su poder, Tunzi reflexionó ante los medios en la rueda de prensa posterior al evento sobre cómo las mujeres negras “tuvieron dificultades” históricamente para “verse como guapas”. “La sociedad ha sido programada durante mucho tiempo para que no viera la belleza de manera negra. Pero ahora estamos entrando en un tiempo en el que finalmente las mujeres como yo por fin pueden saber que son hermosas”, explicó. Miss Universo 2019 también subrayó que mujeres como ella crecieron enfrentando “mucho racismo” y “mucha discriminación por el color” de su piel. “Para mí, estar hoy aquí coronada como Miss Universo con el pelo y la piel que tengo es algo realmente mágico y espero que llegue a cada niño que crezca del modo que yo crecí (...). Y va más allá de la belleza: va sobre romper límites y hacer cosas que te habían dicho antes que nunca podrías hacer”, detalló.