- El doctor Fernando Simón es el gran personaje que nos ha desvelado la pandemia. Este epidemiólogo maño de 57 años se ha convertido en la imagen de la resistencia al coronavirus. No se ha dejado contagiar por la fiebre de las corbatas que le rodea y mantiene una imagen más próxima a la de un médico rural del siglo XXI que la que cabe esperar del máximo responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.

Sin embargo, lo más característico de él son sus pobladas cejas de mosén aragonés, su voz cascada, como de permanente chufla de la noche anterior, y un discurso que emplea el tono paciente de un director de instituto en jornada de reunión con padres y madres. Todo naturalidad, nos recibe en su despacho del Ministerio entre rueda de prensa y rueda de prensa. Tose con insistencia. "No es nada. Tengo 35.7 de temperatura. Lo único, que acabo de llegar de casa y se me ha quedado un pelillo atravesado en la faringe. He tenido un amanecer animado. Cof, cof. Son muy rebeldes estos pelillos, se te agarran ahí para todo el día. Cof, A ver si bebiendo un vasito de agua...". Lo dicho, todo naturalidad..

Doctor Simón ¿Qué sabemos del dichoso coronavirus a estas alturas?

—Bueno, pues obviamente, el coronavirus anda ahí, pallá y pacá, flotando cosa mala. Hecho un aerosol. Pero, atención, podemos asegurar sin lugar a dudas que, en la mayoría de las ocasiones, aunque con ciertas excepciones que aún no conseguimos especificar en su totalidad, perjudica a las personas afectadas en distinto grado. No a todo el mundo igual, ni durante el mismo tiempo. Y todavía ignoramos las posibles secuelas que en ciertos casos, ni muchos ni pocos, se desarrollarían en un porcentaje inconcreto de las personas que pudieran infectarse. Es verdad que también podrían manifestar secuelas parecidas enfermos que desarrollen otras infecciones que nada tienen que ver. Siempre en función de las coordenadas, claro.

Clarísimo. ¿Son eficaces las medidas que están tomando las administraciones?

—Rotundamente, sí. No se puede afirmar otra cosa. Por matizar al detalle apuntaré que algunas de las restricciones tienen más repercusión en la eventual prevención de posibles contagios de lo que puntualmente podrían presentar otras, en función de variables cuyo estudio aún se encuentra en la fase de hipótesis. Eso es lo que indican los científicos según los últimos datos desarrollados en distintas instituciones sanitarias, algunas internacionales, otras no. En resumen, y a modo de corolario, puedo afirmar con absoluta firmeza que más o menos. Nunca se sabe del todo-todo.

¿Puede darnos algún consejo eficaz que nuestros lectores apliquen y les proteja del contagio?

—Por supuesto que puedo. ¿Cómo no voy a poder?. Pero vayamos a la base, no creo yo que sus lectores deban disponer de un extra de conocimientos que sean ajenos al resto de la población del conjunto de comunidades autónomas, archipiélagos y ciudades autónomas... Si quieren, incluyamos también Andorra y zonas históricamente colindantes de Portugal y el sur de Francia. Dicho esto ¿tengo consejos? Claro. Si se me permite, resumiré de una manera accesible el mensaje, complejo e inevitablemente multivariable, que nos transmiten los distintos comités científicos y las autoridades internacionales: ojito, andarse con mucho ojito, y no amontonarse, leñe.

Nos quedamos con esto último. Con el tiempo vamos conociendo al doctor Simón, epidemiólogo y comunicador, pero ¿cómo es Fernando, el ser humano?

—Hombre, pues me alegro que me hagas esa pregunta. Como buen vecino de Madrid, una ciudad que se ubica aproximadamente en el centro de la península, ahí por el corredor del Henares, aunque podemos decir que es propiamente la cuenca del Tajo, en lo que venía siendo en otro tiempo Castilla La Nueva, pues a veces me vuelvo perimetral, pero prefiero ser colindante. Ya como ser humano, bueno, puedo describirme como bípedo implume, mamífero, vertebrado, con estudios superiores. Y un dato fundamental: no me gusta el festival de Eurovisión. Aunque a veces lo veo, en función de con qué personas me relacione en ese momento: si se trata de compis de la uni, sí; si son del barrio de Zaragoza, no; si se abren oportunidades para la coyunda, cópula o beneficio carnal, depende. No te podrás quejar ¿eh?. Soy un tipo que se expresa con absoluta transparencia, no como esos estirados de la clase política. Te dejo un poco, que me reclaman para una reunión de expertos en la que nos conviene mantener la distancia más o menos, el uso de mascarillas es entre recomendable y casi obligatorio y debiéramos hacerlo al aire libre aunque resulte imposible. Saludos. Mejor, un abrazo, pero solo al 80%.