Para el citado objetivo de construir una aldea, los jugadores necesitan dinero. La particularidad radica en los métodos para conseguirlo. Puedes hacerlo por los métodos tradicionales en este tipo de juegos: atacando al rival o en una máquina tragaperras. Cuanto más dinero tienes, mejor puedes fortificar tu aldea. Y esto, evidentemente, lleva a poder prevenir mejor los ataques de los rivales. Cada cincuenta minutos tienes cinco tiradas gratuitas en la máquina tragaperras. A todas luces, son insuficientes. Si quieres acelerar tu construcción o sentirte más seguro, debes conseguir dinero más rápido. En cuanto empiezas a jugar, te das cuentas de que necesitas nuevas vías para obtener dinero.

¿Y esto cómo se consigue? De dos formas: invitando a tus amigos a través de Facebook -qué coincidencia que nos pida crearnos el usuario con la gran red de redes- o haciendo pagos con dinero real. Esta segunda vía, para usuarios que tampoco tienen grandes redes de amigos en Facebook -la mayoría-, se acaba convirtiendo en su vía de salvación para poder seguir jugando y ganando. Se puede ver fácilmente cómo de pensados están los mecanismos de aumento de usuarios -a través de Facebook- así como los de aumento de la cantidad de dinero -paga para poder ganar más-.

Esta máquina tragaperras, a diferencia de las tradicionales, es un poco peculiar: solo ganas dinero para jugar al Coin Master. Es decir, solo ganas dinero para seguir jugando al mismo juego que te ha dado el dinero. Pese a esta limitación, resulta sorprendente cuánta adicción ha creado en el mundo. Los creadores de este juego fueron habilidosos introduciendo Facebook como soporte social. En realidad estás compitiendo contra tus propios amigos y amigas y sus aldeas. Las notificaciones del juego están prácticamente centradas en avisarte cuando un amigo tuyo te ha atacado y hecho daño en tu aldea. Es más, el juego te ofrece en ese momento, literalmente, vengarte. Conseguir escudos de defensa y martillos de ataque se convierte en tu prioridad. Y, claro, como solo puedes ganar dinero cada cincuenta minutos, en realidad estás atento varias veces al cabo del día para proteger tu aldea. Es el sistema perfecto para generar un hábito recurrente en un sistema digital. Sencillo pero muy efectivo, como muchos de los juegos adictivos nacidos en esta era digital.

Por si lo anterior resultara insuficiente para incitar a la adicción, celebridades como Jennifer López, la familia Kardashian o Emily Ratajkowski han hecho anuncios para el juego. Sus creadores habían utilizado anteriormente influencers de redes sociales para alcanzar rápido esas audiencias más jóvenes. Pasar de influencers a famosos es una prueba evidente de que las finanzas de los creadores de este juego no pueden andar muy mal. Y es que ese modelo de comprar más tiradas para poder vengarte apela a los instintos básicos del humano. De ahí su efectividad. Vernos ascender en un ranking, jugar con amigos y conseguir pequeñas pero múltiples recompensas resultan tres elementos que, juntos, pueden llevarte a tener un éxito tremendamente adictivo.

Las máquinas tragaperras llevan décadas explotando esta combinación. Digitalizarlas ha sido, como se puede ver, sencillo. Y muy rentable; se dedica poco tiempo al juego, pero se gasta mucho dinero. Por ello, se puede aumentar mucho la rotación de usuarios, lo que amplía enormemente la capacidad de ingresar dinero de las empresas propietarias.

Esta sencilla explicación también nos debería llevar a una sencilla conclusión: juega con mucha responsabilidad.

Solo ganas dinero para jugar al Coin Master. Es decir, para seguir jugando al mismo juego que te ha dado el dinero. Pese a esta limitación, es sorprendente cuánta adicción ha creado en el mundo