PARECE acreditado que la idea de abrir en Bilbao un cine-club fue de Jesús Bilbao Garbizu (J. B. G.), reconocido crítico del periódico La Gaceta del Norte, que con un profundo conocimiento del cine galo -era además profesor de francés en una academia-, tradujo al español El cine, de Henri Agel, un libro de cabecera para todos los aficionados al séptimo arte. Sabedor de que André Bazin y François Truffaut habían creado en París un foro donde, tras la proyección de seleccionadas películas de marcado tema social, debatían su contenido, se preguntó por qué no se hacía algo parecido en la Villa. Corría el año 1953 cuando la idea se planteó en una primera reunión que tuvo lugar en la cafetería de unas galerías subterráneas que aún subsisten en Colón de Larreategui, puerta con puerta con el Hotel Abando, que ocupa el solar dejado por el Teatro Trueba. Asistieron a la misma Bilbao Garbizu, el sacerdote de la parroquia de San Vicente Julián Icaza, el jesuita Ramón Gaviña que entonces dirigía El siglo de las misiones, Pilar Acha y Vicenta Basterrechea, que comandaba la gestión del Cine San Vicente, hoy reconvertido en el Kafe Antzokia. De aquella cita salieron las bases para la creación de un cine-club al que se quedó en denominar FAS, que en latín significa lo lícito, lo permitido. Cuarenta y dos años después, aquel teatro art nouveau fue reformado para música en directo, club nocturno o restaurante con menú del día. El Kafe Antzokia abrió sus puertas el 15 de diciembre de 1995 en el centro de Bilbao, en el local que antiguamente ocupó el cine San Vicente. Este año cumplirá sus bodas de plata.

He ahí un hilo conductor que permite mantener los vínculos de la ciudad con la cultura en muchas de sus acepciones. Gracias al trabajo de estos años, la idea de convertirse en un referente para la cultura vasca se ha cumplido y hoy el Kafe Antzokia es un punto de encuentro para la gente euskaldun de Bilbao y de otros lugares, así como una de las principales referencias internacionales de Bilbao y la cultura vasca en el mundo, gracias al intercambio con los miles de visitantes de todo el planeta que han conocido este espacio a lo largo de los años.

No sé si se puede decir con tanta rotundidad, pero da la impresión de que en lo que a música en directo se refiere, el Kafe Antzokia es el principal escenario de Bilbao, un templo sonoro que retumba casi a diario. La mayoría de músicos vascos han tocado en ese escenario alguna que otra vez y están consignados, con el paso de los años, miles de grupos y solistas extranjeros. Por su especial carácter y un carisma con swing es un lugar estimado por los artistas y atrae a aficionados a la música de todas partes, cautivados por su variada programación. La continuidad y variedad de la misma ha convertido este local en una referencia básica de Bilbao.

Siendo, como son, capaces de alimentar los espíritus más elevados en sus programaciones, Kafe Antzokia propone otro tipo de sustentos, No en vano en la cocina de interior se preparan a diario menús para cerca de doscientos comensales. Allí se crea un menú equilibrado y sabroso, y todos los mediodías se llenan las mesas de la sala reconvertida en comedor. Al fin y al cabo, la gastronomía es (o al menos debiera serlo..) una más de las bellas artes. Los asistentes comen en el mismo escenario en el que la víspera han actuado los artistas y eso tiene algo de mágico y singular, suena a único en todo Bilbao.

Puestos a completar el recorrido por este espacio tan singular no ha de caer en saco roto el animado ambiente nocturno de los fines de semana: en la ecléctica selección de nuestros DJs, alejada en general de la fórmula mainstream de turno, tienen cabida las buenas músicas de otros lugares, de otras lenguas y épocas muy diversas. Pero los sonidos vascos tienen una presencia digna, sin complejos y con toda su amplitud, conformando una selección musical distinta a todo cuanto se ofrece en Bilbao.

De la mano de la asociación cultural Zenbat Gara, se han ido desarrollando diversas iniciativas para la promoción del uso del euskera. En el edificio se encuentran los estudios de la emisora Bilbo Hiria irratia, apoyada por el propio Kafe Antzokia. Bilbo Hiria es una radio no comercial que emite toda su programación en euskara para el área metropolitana del Gran Bilbao, con una programación de variedad.

No se detiene ahí el carácter multiusos de ese espacio. En la misma casa está también la sede principal y oficinas del euskaltegi Gabriel Aresti. Considerado como el principal euskaltegi de Bilbao -y por extensión el principal centro de enseñanza de euskera para adultos de Euskal Herria por el caudal de los ríos que le alimentan...- está también relacionado con las actividades de Zenbat Gara y organiza aquí talleres, fiestas, charlas y eventos varios.

La asociación Zenbat Gara, como les dije, organiza ciertas actividades fijas en el Kafe Antzokia, todas ellas en euskera. Si uno se detiene en sus contemplación verá como Lagun Artean Kantari es una sesión abierta de cancionero para recuperar las canciones vascas de ayer y hoy entre amigos, de la mano de Anje Duhalde, un perito en sones capaz de tocar el espíritu de los amantes del canto. A ello hay que añadir que Urbeltzen Dantza Ganbara propone una sesión abierta de danzas vascas, de la mano del conocido folklorista y coreógrafo Juan Antonio Urbeltz. Cantar y bailar como símbolos de alegría de los pueblos felices.

Pase, pasen y vean. Kurkuluxetan Umegunea es una iniciativa que organiza actividades para los más pequeños. Todos los domingos por la tarde Olgetan haur jaia, propone actuaciones de todo tipo. También gestionan la Arte eszenikoen eskola o la escuela de artes escénicas, con clases de danza, música y teatro. De aquí surge la compañía teatral Ane Monna, Oskola eta Karramarroi con sus actuaciones, sus CDs y DVDs para niños. También se organizan estancias y actividades en verano, etc. Es una hermosa manera de completar un ajuar de la cultura vasca de singulares riquezas.

Así pues, no hay respiro ni tregua. A cualquier hora del día el visitante encontrará en el Kafe Antzokia actividades y ambientes diversos y una distracción continua. Basta un recorrido por su historia para conocer la travesía que va del cine de ayer al templo sonoro de hoy.