1 Al margen de los gimnasios. El deporte es una asignatura pendiente en su vida. No le gusta mucho ir a gimnasios, aunque reconoce que tiene que ponerse las pilas y moverse un poco más. Es joven y de momento no le pesa mucho.

2 El placer de comer. Le gustaría tener más tiempo para perderse por los restaurantes del País Vasco, que le encantan, aunque no en exclusiva: también goza en los de Cádiz.

3 Veraneos vascos. No son pocas las veces que ha subido de Madrid a Ermua para visitar a su abuela paterna. con la que ha ido mucho de vacaciones a Laredo, a un camping donde las amigas de su amama eran casi todas vascas.

4 Calco de su padre. Son muchos los que dicen que es una fotocopia, en joven, de su padre, Imanol Arias. Él asegura que se parecen también en carácter, pero sin dejar de lado la herencia materna.

5 La familia. Sus padres y su hermano son actores y él tampoco ha podido resistirse a la tentación de interpretar. En casa no le insistieron, le dejaron libertad, pero una vez decidida la línea, todo ha sido apoyo.

6 Productor. Era consciente de las dificultades de la profesión, pero se arriesgó y siendo muy joven montó una productora para crear sus propias historias. Ahora la tiene en punto muerto.

7 Experiencia gamberra. Fue en Cuéntame cómo paso. Era el sustituto de urgencia para hacer de monaguillo, decidió reírse en la escena, porque le parecía que era lo mejor aunque no venía en el guion, e improvisó. Se ganó la primera bronca profesional de su padre.

8 Consejos. Es receptivo, tanto a los personales como a los profesionales, aunque parece que la familia Arias prefiere influir más a nivel personal que en su trabajo de actor. No son de interferir.

9 Aficiones. Las de los jóvenes de veinte años: tomarse una caña con sus amigos, ver espectáculos, conciertos y viajar, lo que echa de menos durante la pandemia.

10 Fama. No le ofusca salir a la calle y que le reconozcan. Está acostumbrado desde niño a vivir bajo los focos.