Le gusta mucho el humor, y aunque ha probado el drama, piensa que su sitio está en la comedia, un universo en el que lleva habitando desde que era una niña y se subía a los escenarios que se colocaban en las fiestas de su pueblo, Zaldibia. Dice que no le apetece tener que seguir luchando contra corriente en una profesión que está difícil y en la que ser mujer complica muchas cosas.

¿Cómo vendería Barre librea

Como una apuesta nueva, un humor que se aleja de lo que estamos acostumbrados a ver últimamente.

¿Qué tipo de humor es?

Más gamberro. Es un humor muy fiel y cercano tanto a Jon Plazaola como a mí. Diría que Jon y yo hacemos un humor transgresor.

Jon y usted son pareja desde hace mucho tiempo en proyectos teatrales y cómicos.

Y es lo que nos ha salvado, en este y en otros proyectos: que nos conocemos a la perfección. En Barre librea hemos tenido que hacer muchas horas desde casa, cada uno por su lado. Levantar algo desde cero requiere mucha complicidad con tu compañero, y conocernos tan bien nos ha dado la posibilidad de hacer real esta iniciativa.

¿Cómo se metió en el lío de hacer televisión y teatro desde una perspectiva cómica?

Creo que me gusta el mundo del espectáculo antes de tener conciencia sobre la vida. Desde pequeña tenía la necesidad de hacer reír, era algo incontenible. Mi madre siempre comenta que en cuanto montaban un escenario para las fiestas del pueblo, me subía a él porque necesitaba que miraran y hacer reír. Además, mis referentes siempre han sido personajes que se han dedicado a la comedia. Ha sido, en el fondo, una elección no elegida, porque siempre estaba ahí.

Si repasamos sus trabajos, todos se ciñen a la comedia, ¿no echa de menos un poco de drama, al menos en su vida laboral?

Ja, ja, ja€ Prefiero reír y hacer reír, aunque también puedo decir que he trabajado un poco en el género del drama y que me gusta mucho, que lo disfruto, pero lo que me sale natural y desde dentro es la comedia. El humor lo llevo en mi interior y es casi algo inevitable.

Antes de la pandemia usted estaba haciendo Gure kasa en ETB-1. ¿Tiene algún proyecto más parado?

Gure kasa seguimos haciéndolo mientras pudimos desde casa. Ahora, desde la semana pasada, en vez de diario se ha convertido en semanal. Es un programa que voy a combinar con Barre librea, un lujo en los tiempos que estamos. Todo esto me ha pillado además con cinco obras en cartel, en gira. Es que tenía entre manos cinco funciones de teatro distintas.

¿Cinco obras en cartel?

Sí, porque en esta profesión no te queda más remedio que tener más de un proyecto, pero con esto del coronavirus se ha montado un caos increíble. Hemos tenido que reorganizar todas las agendas, hemos tenido que recolocar todas las fechas y hacer un encaje de bolillos increíble. Además, tienes que contar con el palo económico que todo esto supone.

"Los actores no queremos limosna"

Que surja un programa como el que ustedes estrenaron hace dos semanas en ETB-1 será un alivio...

No te lo puedes ni imaginar. Apareció en un momento muy necesario, y no solo para Jon y para mí; también hay un montón de actores de una calidad extraordinaria que participan en el programa. Todo surgió desde la necesidad. Muchos actores nos hemos quedado sin giras, y eso significa que estamos sin ingresos, así que se nos ocurrió este programa, tuvimos la suerte de que Euskal Telebista lo vio bien y aquí estamos, dispuestos a hacer reír. Jon y yo aparecemos todas las semanas, pero hay una rotación de cómicos vascos que pasarán por el plató. Es una manera de dignificar nuestro trabajo y de exigir nuestro lugar.

La situación no puede ser más complicada, ¿qué es lo que pediría ahora mismo?

No queremos limosna, queremos que nos tengan en consideración. La cultura realmente necesita que haya un lugar para ella.

No tendrá otras iniciativas nuevas a la vista...

Bueno, Jon y yo arrancábamos con lo potente de la gira de Losers, teníamos una temporada apalabrada en el Teatro Amaya de Madrid y ha quedado pospuesta. Esperemos que no se quede en una suspensión, sino solo en un retraso. También tenía un corto, pero ese no creo que corra peligro. Lo que más pena me da es el teatro, que es como mi cuna.

¿Tiene usted a gente en la familia que hiciera prever por dónde iban a ir sus pasos profesionales?

No, soy la primera en esto. Mi abuelo fue pastor toda su vida y recuerdo verle en la cocina de casa haciendo queso todos los días, y yo le montaba mis numeritos. Él fue mi primer espectador. Siempre le recuerdo pensando: ¡Qué paciencia! Imagínate, has sido pastor toda tu vida, estás haciendo queso en la cocina de tu casa y una niña de cinco o seis años te hace su función de teatro a diario. Fue un hombre muy paciente.

¿Y no le hubiera resultado más rentable aprender a hacer quesos que dedicarse a la interpretación?

Ja, ja, ja€ Mi abuelo no me animó mucho a ello, la verdad. Creo que su vida fue bastante dura. Ser pastor no creo que sea algo fácil. Yo hice caso a lo que me decía el instinto.

¿Cómo ve el humor en general en la actualidad, crisis sanitaria aparte?

Veo que hay un humor que tiene muchos miedos. Creo que está muy castigado, muy medido. Nos dicen cómo, cuándo y de qué nos tenemos que reír. Me parece que todo es una guillotina que corta lo espontáneo. El humor debe tener alas y necesita respeto, pero ese respeto viene de la libertad. Quizá por eso hemos titulado Barre librea al programa, que es como decir: Ríete libre y siéntete libre para reír. No se trata de reírnos de los demás, nos tenemos que reír de todo lo que nos incumbe en esta sociedad. Lo sano, para mí, es reírnos sin que nadie nos corte las alas.

"Las redes sociales son tan peligrosas como valiosas"

Las redes sociales también se han convertido en grandes censoras del humor.

Yo cuelgo mis historias en las redes sociales y no controlo quien entra en ellas. Lo hago desde un humor que considero aceptable, pero soy consciente de que hay gente que se puede ofender, y por lo tanto que puede entrar en las redes sociales a dañar mi imagen. Pienso que las redes hoy en día son tan peligrosas como valiosas. A veces se pueden convertir en trampolines mortales.

Hay quien dice que los políticos han puesto difícil la situación a los humoristas, porque hacen casi más comedia que ustedes.

Es verdad, se están convirtiendo en una competencia desleal. Algunos, no todos, porque no es bueno generalizar. Nosotros siempre hemos sido un sector muy castigado, y no solo me refiero a los actores, porque hay muchas otras profesiones incluidas dentro de este mundo: técnicos, maquilladores, iluminadores, montadores€ En fin, que somos muchos pero siempre hemos sido los titiriteros en un sentido muy peyorativo. Hay un error de base en cómo se entiende la cultura. No se nos enseña desde pequeños a entender la cultura, así que, ¿qué les vamos a exigir a los políticos?

Da la sensación de que la cultura siempre está mendigando, de que es una pedigüeña en la calle y que no tiene las mismas opciones que otro tipo de industria.

Te dicen: Qué bien que lucháis para que haya una cultura sólida y fuerte, pero es que yo no quiero luchar, no quiero mendigar, no le debo nada a nadie. Estoy haciendo mi trabajo y creo que es una labor muy digna. También resulta cansino como mujer, cuando escuchas eso de Qué bien que luches por un puesto en la comedia, algo que aún es más difícil para la mujer.

¿Y se rebela contra tanta lucha?

Pues sí. Me parece todo muy bien, pero no quiero luchar todo el día, no quiero tener que remar más por el hecho de ser mujer y que mis compañeros masculinos, solo por el hecho de ser chicos, tengan su sitio reservado en esta profesión.

¿Ha sentido alguna vez que pelea contracorriente?

A diario. Es una barbaridad y a veces asumo esa lucha sin darme cuenta. En ocasiones piensas: ¿Por qué me he cansado tanto en esta reunión? Es porque para que se me oiga he tenido que elevar un poco más la voz y debo hacer muchos más esfuerzos que otros compañeros, que no tienen que hacerlo solo por el hecho de ser hombres. Y estamos hablando de hoy mismo.

PERSONALEdad

: 37 años (10 de diciembre de 1982).

Lugar de nacimiento: Zaldibia (Gipuzkoa).

Trayectoria: Nunca tuvo dudas: lo suyo era hacer reír a la gente. Combina el trabajo de actriz con el de presentadora. En ETB-1 presenta en estos momentos dos programas, Gure kasa y Barre librea, pero en su cabeza siempre bullen proyectos teatrales relacionados con la comedia, aunque no descarta los personajes con tintes dramáticos. En cine ha participado en diferentes películas, entre ellas Sukalde kontua, Mugaldekoak, Ocho apellidos vascos, El extraño anfitrión, Alaba zintzoa, Txarriboda y La matanza.