A sus 70 años, Bruce Springsteen es ya un icono musical a nivel mundial. E histórico. Suyos son clásicos como Born in the USA, también esos conciertos entre cuyas filas conviven ya varias generaciones fruto de una dilatada trayectoria a la que, ahora, acaba de sumar un largometraje documental con Western stars. Una película que nació ligada a la grabación de su último trabajo discográfico y con la que ha conseguido, según cuenta él mismo, “comunicar el viaje emocional” que no consiguió transmitir con aquel disco. Así es The Boss.

Dirigido por Thom Zimny, en colaboración con el propio músico, la película combina la versión cinematográfica de un concierto de Springsteen junto a una orquesta sinfónica, además de contar con retazos de conversaciones con el artista filmadas en su casa, en el rancho que tiene en el desierto californiano, al Este de Los Ángeles. Todo ello, junto al uso de cierto material de archivo de las décadas de los setenta y ochenta, hace de Western stars una oportunidad para viajar por el Viejo Oeste junto a Springsteen, a través de un álbum que recoge trece canciones centradas en temas como el amor y la pérdida, así como la soledad, la familia y el paso del tiempo.

El largometraje llega a las salas comerciales tras un estreno especial en el Festival de Toronto, donde el propio Bruce presentó, entre risas, el filme: “Fue algo muy natural. Pensé que no realizaría una gira de este álbum, así que le dije a Thom (Zimny, codirector del filme) que filmáramos las canciones en vivo. Después pensamos que quizá haríamos un par de entrevistas que pudiéramos poner y hacer una película, de esas entrevistas en las que la gente dice que soy tan buen tipo, que es tan fácil trabajar conmigo y lo honrados que están por hacerlo”.

El concierto se filmó en un viejo granero propiedad del músico, donde reunió a una orquesta sinfónica formada por treinta músicos que acompañaron a Springsteen en la interpretación de su último disco, en el que se acerca al country y a la música californiana de los años setenta.

La fuerza de las canciones se complementa con imágenes registradas en el desierto californiano, entre secuencias de Bruce conduciendo en moto o caminando entre el polvo y cactus, ya que según apuntó Thom Zimny, la grabación respondía “a las cualidades sonoras” que encontró en el álbum, que se tradujeron “en una gran experiencia cinematográfica”.

El paso del tiempo Además de ofrecer un concierto filmado, Western stars muestra también las inquietudes más personales de Springsteen. El paso del tiempo marca el relato, como si de un balance se tratase, y el músico deja afirmaciones como “cuanto mayor te haces, más pesan las cosas que tienes pendientes de solucionar” o “todos estamos rotos de algún modo y nos pasamos la vida buscando a alguien cuyas piezas rotas encajen con las nuestras”.

Y esas otras piezas cobran forma en el filme, con la participación de su mujer, Patti. “Fue un error no contar con ella para la grabación del disco y por eso quisimos que tuviera un papel tan destacado en la película”, explica él. Eso es Western stars: los errores y aciertos de Bruce. La vida, al fin y al cabo.