bilbao - Kike y Jesús Calleja han corrido todo tipo de aventuras y han comprobado en mares, ríos y montañas cómo está afectando el cambio climático. Glaciares que pierden kilómetros de hielo, islas de gran tamaño formadas por plásticos y otros residuos en los mares, ríos contaminados y por detrás la mano del hombre. “No podemos permitirnos un paso atrás en recuperar el Planeta”, señala Kike. La isla de Tenerife, el Pozo Azul de Covanera (Burgos), las Lagunas de Ruidera en Albacete, León y el Cabo de Palos (Murcia) serán las nuevas localizaciones.

Ha unido la tercera temporada de ‘Río salvaje’ con el cambio climático, ¿no?

-El mensaje de la promo lo dice: La cumbre del clima y Río salvaje, conectados. Empezamos con un programa muy volcado en lo que está sufriendo el Planeta, la ecología, el reciclaje...

Nos centramos mucho en el mar con los plásticos, las subidas de niveles, la extinción de especies, pero ¿qué pasa con los ríos?

-Afortunadamente, van mejorando bastante. Estamos evitando muchos vertidos, ciertas explotaciones como la minería han desaparecido, la concienciación, hay más purificadoras en las empresas, ya no ves lavadoras tiradas en un río? Las cuadras de ganado han mejorado y ya no se tiran los restos. Están cambiando las actuaciones a mejor. Eso no quiere decir que no haya ríos con contaminaciones altas, pero la gente está cambiando y también los hay impolutos.

¿Cómo va el tema de pesca sin muerte?

-Cada vez practicamos más este tipo de pesca. Con ello evitamos la presión pesquera en nuestras especies autóctonas. Puedo decir que nuestros ríos están saneándose a un buen ritmo. Aun así, no hay que bajar la guardia y no hay que dar un paso atrás. Mi lema es éste: “Ni un paso atrás para salvar los ríos, mares o montes: el Planeta”.

Hay menos plásticos acumulados en los ríos, ¿no?

-Los ríos que más conozco están en el Norte y es cierto que tienen muchos menos problemas que antes y muchos menos que los mares. Todos nuestros mares y océanos están plagados de plásticos. Hay islas enormes del tamaño de media Francia flotando en el Pacífico y son basuras y plásticos.

A pesar de las advertencias seguimos consumiendo plástico a una escala muy elevada.

-Se ha bajado el consumo, pero hace falta mucho aún. Pero yo que buceo, no es solo lo que veo en la superficie, es lo que va a los fondos. Está el gravísimo problema del microplástico.

¿Cómo va a ser esta tercera temporada de ‘Río Salvaje’?

-Se vuelca mucho en el mensaje, la ecología y la concienciación. Nos vamos a centrar en el respeto hacia nuestras especies. Vamos a hablar mucho del tiburón angelote, una especie que por sobrepesca y maltrato está en peligro extremo de extinción. El único sitio donde existe es Tenerife y allí hemos ido para hacer una labor de marcaje y a estar con la gente que los está estudiando desde la universidad.

Un programa muy diferente a los que ha hecho con su hermano Jesús...

-Creo que tiene un poco de todo. Tiene la esencia de cuando hemos ido a hacer un Desafío extremo, queremos que haya escalada, si vamos a ver una especie en el mar haremos buceo o nos metemos en una cueva. Siempre he querido que tenga esa parte de aventura que Jesús y yo hemos practicado tantas veces y que seguiremos practicando. Tiene paisajes preciosos de este a oeste y de norte a sur. Hablamos con la gente local, aprendes mucho de cada uno de ellos.

‘Río Salvaje’ se concentró en sus inicios en lo que indicaba el título?

-Sí, es cierto pero queremos que tenga un poco de todo. El río es una parte de un todo en el que hay mar, montaña y, sobre todo, gente que tiene muchas historias que contar.

¿Somos más cuidadosos con la pesca del río que con la del mar?

-Parece que está funcionando mejor en el río, pero hay que tener en cuenta que los ríos tienen mucha menos presión que los mares. La pesca de río sin muerte funciona muy bien, hay mucha diferencia entre las prácticas en agua dulce y las de agua salada. Es cierto que necesitamos una pesca que nos dé de comer y esa viene del mar. Lo que ocurre es que debe estar más controlada. De río prácticamente son muy escasas las especies que se venden en las pescaderías para comer, las truchas son de piscifactoría y el salmón también.

¿Se está haciendo algo para salvar las especies marinas de la sobrepesca?

-Se están haciendo intervenciones, pero falta mucho para llegar a un equilibrio. La anchoa estuvo vetada en el Cantábrico durante varias temporadas. Lo que sí ha dado un paso adelante en el mar es la pesca deportiva, estos pescadores cada vez lo tienen más claro: quieren hacerlo sin muerte. En los ríos, cada vez hay más tramos sin muerte.

¿Debemos olvidarnos de pescar con la idea de comernos los peces de río?

-Debemos desechar esas costumbres. Pero tampoco soy muy extremo, hay ciertos cotos y algunos tramos en los que un pescador paga una cantidad por pescar con muerte. En algunos te puedes llevar dos piezas y en otros, cuatro. Eso está en la ley. Eso sí, si te pillan con cinco y no con cuatro o con truchas de menos centímetros de las que están marcando, tendrías que pagar la multa más gorda que te pueda caer. Nuestro lema de Río Salvaje es: “Si quieres comer un pez, vete a la pescadería que ya está muerto”.