DE qué manera la inminente llegada de un bebé transforma a una pareja? ¿Cómo vive el proceso cada una de las partes? ¿De qué manera los roles de género heredados, a los que nos creíamos ya inmunes, reaparecen durante este proceso? Esas son algunas de las cuestiones que aborda Carlos Marques-Marcet en Los días que vendrán, largometraje con el que cierra “una trilogía accidentalmente”, iniciada en 2014 con 10.000 km, filme al que siguió Tierra firme (2017). De hecho, la grabación de este largometraje fue el punto de partida de lo que ha terminado siendo Los días que vendrán.

“Andábamos inmersos en el rodaje de Tierra firme, una película sobre el conflicto acerca de la decisión de tener o no tener hijos, cuando David Verdaguer, uno de sus protagonistas, se enteró de que su pareja, Maria Rodríguez Soto, estaba embarazada”, explica Marques-Marcet, para definir como “un deseo muy urgente” de hacer una película al respecto.

Y tanto David Verdaguer, quien ha participado en los tres largometrajes del cineasta catalán, como Maria Rodríguez Soto, también actriz, aceptaron el reto. Eso sí, decidieron crear dos personajes ficticios: Virginia y Lluís, una pareja que hace sólo un año que salen juntos, cuando descubren que están embarazados.

Así, filmada a lo largo de los nueve meses de gestación real de la pareja de actores protagonistas, Los días que vendrán es “el relato minucioso del proceso de aprender a ser tres cuando no se ha tenido el tiempo de aprender a ser dos, explorando la dificultad de compartir con el otro esta experiencia profundamente transformadora”, apunta el director barcelonés. Cuenta, además, que la dinámica de trabajo partía de la pura improvisación. “Semana a semana trabajábamos a partir de improvisaciones en las que poníamos en juego los momentos y conflictos que los actores estaban viviendo, siempre a partir de la misma pregunta: ¿cómo habrían reaccionado Virginia y Lluís?”, explica Marques-Marcet, que tras una escritura de lunes a viernes, el rodaje se desarrollaba durante el fin de semana.

Un largometraje por tanto se acerca a lo que podría definirse como presente continuo, desde el firme pero complicado objetivo de “capturar esa cosa tan difícil de filmar que es la intimidad”. Y parece que han superado el desafío con éxito: Los días que vendrán fue premiada con la Biznaga de Oro en el pasado Festival de Cine de Málaga. En ese sentido, declara el cineasta que el largometraje explora también las diferentes actitudes que una pareja mantiene, o debería mantener a su juicio, durante los meses del embarazo. Y se explica: “Al hombre le hace falta estar un poco perdido y dar un paso al lado. El embarazo obliga a no ser protagonista, eso que tendríamos que hacer más veces en la vida cotidiana”.

El parto de Maria, en pantalla Una de las sorpresas con las que se encontró Marques-Marcet y su equipo durante el rodaje fue encontrar una cinta VHS que recogía la grabación del embarazo y del parto de Maria. Decidieron utilizarlo como espejo generacional y el material hace que Los días que vendrán transite entre lo casero y lo cinematográfico. De hecho, incluso los padres y el hermano de la propia Maria aparecen en algunas de las escenas.

“Hemos querido hacer una ficción con una trama y unos personajes alimentados por la pulsión de documentar esas miradas y ese cuerpo en constante cambio, para acercarnos a una de las experiencias más universales y transformadoras de la naturaleza: el proceso por el que la vida se empeña por reproducirse”, dice el director.