bilbao - Primero fue Cuarto milenio. La exposición. El día 9 se inauguró, termina el 7 de julio, otra muestra, Cuarto milenio. una historia de miedo. Un recorrido por la historia del miedo a través del tiempo que incluye piezas inéditas de Juan Villa -escultor, artesano y creador del universo Cuarto Milenio- y la recreación audiovisual de la historia que más atemorizó a Iker Jiménez y Carmen Porter, una investigación interrumpida que no vio la luz en el programa y se abordará de manera inédita en la exposición en una pantalla en 270º. La música ambiental corre a cargo de Iker Jiménez.

Supongo que con ganas de cerrar la temporada.

-Siempre estamos en la pelea, pero es cierto que cuando llega mayo y junio estamos cansados, todas las temporadas son intensas. Llega el momento de bajar el ritmo y ver con perspectiva la siguiente temporada.

Pero siempre llegan a este punto con la renovación debajo del brazo.

-Es cierto que siempre han confiado en nosotros, no solo en mí, en todo el equipo. Pero tú sabes que en la tele el resultado manda. Cuando nos toca lidiar con fuego amigo, Supervivientes o Gran hermano, las temporadas son duras. Tenemos la suerte de que siempre hay gente que se ha mostrado fiel a Cuarto milenio y estamos muy agradecidos.

‘Cuarto milenio’ es el programa más antiguo de Cuatro. ¿Se acuerda de aquel día de 2005 en el que se emitió el primer programa? ¿Pensaba que iban a estar tanto tiempo en emisión?

-Claro que recuerdo los primeros momentos. Cuarto milenio es el programa semanal más antiguo de las televisiones privadas. Eso son palabras mayores, no contábamos con ello ni por asomo. Es más, cuando llegamos al decimotercer programa dije que yo no continuaba?

¿Lo quería dejar?

-No podía con todo, la radio y la televisión, me quitaba tiempo para muchas cosas que a mí me gustan y las sigo practicando?

¿Por ejemplo?

-Te vas a reír, algo tan simple como jugar al fútbol con amigos. Planteé mi renuncia porque la tele me estaba resultando muy absorbente. Al final, descubrí que me encantaba hacer el programa.

Y sacrificó la radio, el medio en el que se había dado a conocer y donde llevaba mucho tiempo.

Sí, pero eso fue en 2015. Continuamos diez años, se dice pronto, de radio y televisión juntas. Pero las cosas empezaron a ser muy complicadas. Ya había nacido Alma y teníamos que organizarnos con ella. Carmen y yo nos hemos tomado la paternidad a nuestra forma, muy en serio y queriendo vivirla lo más intensamente posible. También había ciertos problemas de contenido que me preocupaban.

¿En qué sentido?

-Hacíamos un programa de radio de tres horas, un programa de televisión de dos. A mí me daba la impresión, a la audiencia parece que no, que nos repetíamos un poco; tenías una noticia buena y la dabas en la radio y en la tele. Cuando dejamos el programa en el récord de audiencia máximo de la radio de madrugada, lo convertimos un poco en mítico.

Supongo que esta decisión le hizo sufrir.

-Me costó tomarla, pero no me arrepiento, dejar algo en lo más alto me parece estupendo, fue un lujo y un placer. Milenio 3 lleva casi cuatro años sin emitirse y es muy seguido en la redes. Dejar las cosas a tiempo está muy bien. Llevaba en la radio 30 años. De alguna forma, la tele para mí siguió siendo excitante y nueva.

Pero agotadora, ¿no?

-Sí, como todo lo que te resulta excitante. La tele como yo la concibo puede ser divertida, puedes hacer de todo. Es casi como un teatro, puedes meter figuras, puedes apostar por muchas alternativas diferentes. En el momento de decidir, entre una cosa y otra, escogí la televisión. Tengo que decir que también Vasile hizo una demostración de confianza y fe en lo que estábamos haciendo muy grande.

También ha dejado de escribir libros.

-Eso me pesa más. Escribir es muy bonito; escribir es una aventura increíble. Desde que empezó Cuarto milenio hasta hoy, no te puedo decir las ofertas que he tenido de que me pusiera a hacer el libro del programa o me pusiera a hacer un libro como sea?

Suele dar dinero, un hombre de la tele vende mucho. ¿Por qué no lo ha hecho aún?

-Y por qué no lo voy a hacer en el futuro. Porque esa fórmula de hacerlo a toda costa no va conmigo. Si escribo un libro, lo escribo yo. No quiero que me asesoren ni que me lo escriban, tengo que ser yo para bien o para mal, si no es así, me parece un poco trampa. Los libros de la tele tienen su peligro.

¿Peligro?

-Sí. Saben que más o menos se van a vender, que te pueden ayudar, entrecomillas lo de ayudar. No quiero esas ayudas, no quiero defraudar a mi público y para escribir un libro o una novela tienes que disponer de un tiempo que te es muy necesario. Hemos dejado cosas, pero hemos creado otras.

¿Algún programa nuevo a la vista?

-No, me refiero al futuro. Hemos creado Milenio live, es lo que hacemos en Youtube. Me lo inventé este año y es de lo mejor que he hecho en mi vida. Siempre hay cosas que dejas y otras que nacen.

¿Ha descubierto el misterio de las audiencias?

-Ja, ja, ja? Es el misterio más profundo, enorme e insondable que me he encontrado. Todo ha cambiado muchísimo desde que empecé, no tiene nada que ver el mundo de 2005 con el de ahora. Carmen y yo nos hemos puesto a hacer en nuestra casa un programa desde el sótano. Se parece un poco a la radio y un poco a la tele, y no se parece a ninguna de las dos cosas. Sin embargo, el impacto que tiene en las redes es superior al de la tele.

¿Cómo es el programa de YouTube?

-Carmen y yo en el sótano tomándonos una Coca-Cola y conectándonos con amigos, usando las nuevas tecnologías y hablando de lo que nos gusta. Todos los viernes está en el máximos del top entre los más vistos y comentados en redes. Muchas veces no consigues lo mismo con la televisión, algo está pasando. Hay un cambio en la audiencia, un cambio en cómo se consumen los programas. La tele que yo viví cuando empecé es prehistoria en este momento.

¿Ha conseguido sentirse tan cómodo ante las cámaras como ante los micrófonos?

-Pienso que igual. El contador de historias que siente pasión por contar se siente igual en un sitio que en otro, eso me pasa a mí. Hace poco, estaba viendo archivos de cuando yo era pequeño y me emocionaba. Justo ayer (el miércoles), se cumplieron 34 años de mi debut en Radio Vitoria?

Era usted un niño.

-Tenía doce años. Recuerdo que me enamoré de la radio y de poder vivir de contar cosas.

En su caso, objetivo conseguido.

-Con el micro o con las cámaras yo me lo he pasado igual de bien. Sinceramente, no hago distinciones.

Vivimos en una era política en continuo movimiento. Dos convocatorias electorales seguidas. ¿Le parecen un enigma los políticos?

-Seguramente de los mayores misterios que se presentan. Los políticos son un enigma insoldable. Estoy muy asqueado de cualquier tema político, no es ser equidistante. Entiendo que la política está para resolver problemas que afectan a la gente y no para lo contrario.

¿Desencantado?

-Mosqueado. Estoy muy mosqueado con algunas cosas. También lo estoy con mi propia profesión, veo cosas en los medios que no entiendo. Cómo se intenta, esta es una opinión muy personal, el manejo de la opinión pública. Este es el mundo que nos ha tocado vivir. No soy amigo de políticos, no me los creo en el fondo?

¿Generalizamos?

-Es posible. Sé que entre los políticos hay gente buena, pero la política es algo tan de serie de Juego de tronos que nunca sabes dónde está la verdad. Estoy convencido de que hay más verdad en Cuarto milenio que en el mundo de los políticos y de la política.

Así que no tiene intenciones de hacer incursiones en el mundo de la política.

-No. Ya te he dicho que no tengo amigos políticos. Pienso que la buena política es necesaria, pero no más.

Podría ser una experiencia paranormal.

-Ja, ja, ja... Seguro. Pero no voy a probar esta experiencia.