Está a una hora de camino en coche de Córdoba, Jaén, Granada y Málaga y es uno de los pueblos más espectaculares de España por estar enclavado en un risco rodeado por el agua y por olivares alienados con precisión matemática que le confieren un aura especial.

La localidad cordobesa de Iznájar, en clavada en la comarca de la Subbética cordobesa y bañada por el río Genil y del embalse de Iznájar, tiene todos los ingredientes para visitarla y disfrutar de su gente, su naturaleza, su cultura, sus pasajes, su gastronomía y su amplia oferta de ocio.

La localidad, vista desde la zona más alta, junto al castillo. Freepik

Su singular ubicación, en un altozano coronado por el castillo de Hisn-Ashar y la parroquia de Santiago Apóstol, hacen de esta localidad un enclave asombroso habitado por unas 4.400 personas, en la que disfrutar en el más amplio sentido de la palabra.

El pantano del mismo nombre es el otro eje sobre el que gira la vida de la localidad, que parce emerger de las aguas para alzarse majestuoso entre suaves colinas.

La localidad, reflejada en las aguas del embalse del mismo nombre. Freepik

Este embalse inaugurado en 1969 permite actividades recreativas y deportivas variadas y para todos los públicos, además de reflejar en sus aguas unas puestas de sol cautivadoras que merece la pena contemplar desde los miradores o los encantadores patios cordobeses repletos de tiestos de colores y alegremente floridos.

El recinto amurallado de Hisn-Ashar o castillo alegre es el nombre que dieron a la imponente fortaleza situada a 533 metros sobre el río Genil y el arroyo de Priego y que es también el origen del nombre de Iznájar.

El castillo que dio nombre al pueblo. T.A.

Se construyó en el siglo VIII pero sufrió numerosas ampliaciones y reformas en los siglos XI y XV. Su gran sala y biblioteca local es un apreciado edificio renacentista del siglo XVIII, de la época de Carlos III.

El castillo se transformó como vivienda del administrador del duque de Sesa en el siglo XVIII manteniendo esta función hasta el siglo XX, siendo adquirido a sus últimos propietarios (el Conde de la Revilla y hermanos) por el Ayuntamiento en 1991 pasando a formar parte del patrimonio local.

Vista aérea del pantano y la localidad. Freepik

Tras una importante restauración arqueológica entre los años 2006 y 2008 el castillo de Iznájar recupera parte de su esplendor y ya es posible su visita.

Cerca del castillo está el que dicen es uno de los cementerios más bellos de toda Andalucía, con vistas al pantano, y seguido te encontrarás con el Patio de las Comedias, el más famoso de la localidad y uno de los más galardonados de la comunidad. Su colorido, tranquilidad y vistas invitan a una parada reflexiva y contemplativa en la que no está demás degustar las delicias gastronómicas y vinícolas de la zona o refrescarse en su fuente central.

Iznájar, visto desde una barca navegando por el embalse. T. A.

Tras una importante restauración arqueológica entre los años 2006 y 2008 el castillo de Iznájar recupera parte de su esplendor y se hace visitable.

Cerca del castillo está el que dicen es uno de los cementerios más bellos de toda Andalucía, con vistas al pantano, y seguido te encontrarás con el Patio de las Comedias, el más famoso de la localidad y uno de los más galardonados de la comunidad. Su colorido, tranquilidad y vistas invitan a una parada reflexiva y contemplativa en la que no está demás degustar las delicias gastronómicas y vinícolas de la zona o refrescarse en su fuente central.

Patio de las Comedias. T. A.

La impresionante panorámica que se aprecia desde el pueblo se realza en los miradores con más encanto: el mirador de La Villa, en pleno casco histórico; el mirador Cruz de San Pedro; el mirador Cruz de San Pedro, un lugar privilegiado para observar el embalse y las puestas de sol; el mirador de Las Peñas; el mirador de Las Tres Cruces; el mirador de Las Canteras; el mirador Cruz de Postigo; y el mirador Puerta del Rey, situado en la calle con más pendiente del pueblo.

Los puentes comunican la península sobre el embalse con el resto del municipio y permiten entre otras alternativas desplazarse a la playa de Valdearenas a través de una carretera flanqueda por pinares. Allí podrás disfrutar de un baño en el remanso de sus aguas y practicar actividades náuticas y otras como paddle surf, windsurf, hidropedales, rafting, rutas en bicicleta, escalada, rapel, vía ferrata, espeleología o rutas por el pantano en barco. Todo un lujo.Sus suculentas propuestas gastronómicas giran sobre todo en torno al cerdo, al aceite y al queso, sin olvidar otras viadas de sus campos y los apreciables caldos de las vides cordobesas.

El hospedaje no es ningún problema, ya que los más de 130 alojamientos turísticos de todas clases y categorías repartidos por el extenso término municipal son también motivo para conocer esta singular villa.