El canciller alemán, Olaf Scholz, pidió este miércoles durante el debate de los presupuestos "un pacto nacional alemán" para hacer frente a diversas crisis derivadas de la guerra de Ucrania, la inflación, el estancamiento económico y el cambio climático.

Las líneas maestras de ese pacto deberían ser la reducción de los procesos burocráticos para autorizar proyectos de infraestructura, el impulso a la digitalización en la administración pública y medidas para hacer frente a la escasez de personal cualificado, que calificó como el principal factor de inseguridad de las empresas.

"Mi propuesta de un pacto nacional se dirige expresamente también a usted como jefe de un partido que tiene responsabilidad en varios estados federados", le dijo Scholz al jefe de la oposición en el parlamento, Friedrich Merz, presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU).

El primer turno en el debate general sobre los presupuestos fue para la oposición y en él Merz había aprovechado para hacer un ajuste de cuentas con el Gobierno.

Merz recordó como, tras el comienzo de la invasión rusa a Ucrania, Scholz había hablado de un giro epocal y había tomado una serie de medidas -como la creación de un presupuesto especial para el ejército- que habían sido respaldadas por el grupo parlamentario conjunto de la CDU y la Unión Socialcristiana (CSU).

No obstante, Merz dijo que el Gobierno no parece consciente de las dimensiones del giro epocal y pretende hacer creer que después de la guerra todo seguirá como antes sin necesidad de asumir una serie de desafíos tanto en Defensa como en el plano económico.

Scholz utilizó la primera parte de la respuesta para recordarle a Merz que habían sido Gobiernos presididos por la CDU los que habían hecho recortes en el ejército.

También recordó que el abandono del carbón y de la energía atómica había sido apoyado por la CDU lo que, agregó, le parece correcto, pero implica la inversión en el aumento de la cobertura de las energías renovables, que es uno de los proyectos centrales del actual Gobierno.

Tras una primera parte en la que entraba en la polémica, Scholz pasó a decir que "la situación actual hace que el tradicional intercambio de golpes entre el Gobierno y la oposición en este debate no me parece ahora lo adecuado".

"Ante la guerra, la inflación y la crisis climática, la gente espera que encontremos compromisos y soluciones, no que nos pongamos a jugar al boxeo", dijo Scholz.

"Por eso propongo un esfuerzo común, un pacto nacional. Como canciller, naturalmente, no puedo ordenarlo, pero puedo asegurar que haremos todo por avanzar", agregó.

Scholz subrayó que problemas estructurales necesitan de medidas estructurales y rechazó la posibilidad del llamado programa coyuntural que, dijo, "sería sólo un fuego fatuo y perjudicaría los esfuerzos del BCE en su lucha contra la inflación".

"Lo que tenemos que hacer es crear las condiciones para que nuestras empresas puedan invertir", dijo.

Para ello resaltó la necesidad de acelerar procesos burocráticos y luchar contra la escasez de mano de obra.

Para esto último dijo que por un lado hay que tratar de utilizar el potencial que hay en el país, facilitando por ejemplo la vinculación de mujeres al mercado laboral, pero agregó que quien crea que el problema se resuelve sin inmigración y sin trabajadores extranjeros no ha hablado con empresarios en los últimos años.

El discurso de Scholz también tuvo un aparte para atacar a la ultraderechista Alternativa por Alemania, partido al que calificó de un "comando de demolición" que quiere acabar con los fundamentos del bienestar alemán que está estrechamente ligado a la Unión Europea.