EN 1973, después de semanas de publicidad, enfrentamientos verbales y apuestas deportivas, Estados Unidos acogió, uno de los partidos de tenis más emblemáticos: la carismática Billie Jean King y el campeón Bobby Riggs, se enfrentaron en una exhibición bajo el nombre de La batalla de sexos. Se convirtió en uno de los acontecimientos deportivos de mayor audiencia de todos los tiempos, con 90 millones de espectadores en todo el mundo. Eran tiempos ligados a la estela de la revolución sexual, del auge del movimiento feminista... y sí, aquello fue mucho más que un partido de tenis.
El matrimonio Jonathan Dayton y Valerie Faris -Pequeña Miss Sunshine (2006), Ruby Sparks (2012)- regresa a la gran pantalla tomando este acontecimiento como historia y eje en la película. Sin embargo, el filme no es solo la recreación del trascendental enfrentamiento de tenis, sino que explora campos más profundos y personales. “Es a la vez un acontecimiento deportivo histórico y la intensa transformación personal de una mujer sometida a una intensa exposición pública”, argumenta Faris.
Y es que, fuera de las pistas de tenis y de los focos mediáticos, Billie Jean King peleaba en un partido personal, luchando por aceptar su propia sexualidad a medida que la amistad con su amiga Marilyn Barnett crecía. Al otro lado, Riggs, ex jugador, también mantenía un pulso personal, en su caso, frente a la ludopatía.
“Fue el proyecto más arriesgado de nuestras carreras. Es un filme de deporte, una historia de amor, un drama sociopolítico y, en ocasiones, una comedia”, reflexiona Dayton. En la película cobra vida el espectáculo en el que se convirtió el enfrentamiento de la mayor estrella femenina de entonces, contra el antiguo campeón masculino. Un mano a mano que sigue inspirando esa búsqueda de la igualdad todavía vigente.
Partido personal El guionista del filme, Simon Beayfoy -Slumdog Millionaire (2008), 127 horas (2010)-, desvela que nunca había seguido el tenis y que lo que le intrigó realmente de aquel partido fue “la contienda entre estas dos personas, diametralmente opuestas casi en cada aspecto. Lo que estaba en juego para ella, personalmente, y para el movimiento feminista, era mucho”.
La tenista está encarnada por Emma Stone -mejor actriz con La La Land en los últimos Oscars-, y la intérprete desvela que se identificó con la lucha de Billie Jean y cree que “mucha gente hará lo propio hoy en día con esos mismos temas”. El actor Steve Carell completa el elenco protagonista, jugando con sus habilidades tanto cómicas como dramáticas. Según opina el intérprete, el filme desmontará el mito y figura de Riggs que fue entonces. “Recuerdo que se podía verle diciendo cosas incendiarias y sexistas, pero se sabía que simplemente estaba actuando”. 120 minutos en un ir más allá, fuera de pista y dentro de la persona, en una Batalla de sexos que fue histórica.