En la sesión de ayer miércoles también testificaron dos agentes de la Ertzaintza encargados de extraer la información de los teléfonos móviles de los siete acusados para su posterior análisis. Según detallaron, en varios de los terminales apenas encontraron información: ni llamadas, ni mensajes de WhatsApp, ni fotos ni vídeos almacenados. “Todo apunta a un reseteo”, consideraron los agentes, quienes no obstante, no pueden garantizar que ese fuera el motivo. 

Lo que sí afirmaron es que en dos de los teléfonos solo había “indicios” de uso a partir del 27 y del 30 de julio de 2021. Por ello, presumen que al ver la envergadura mediática que estaba adoptando del caso, los acusados optaron por eliminar la información disponible en sus terminales. De lo que queda constancia, y se trata de una de las pruebas claves del juicio, es de varios vídeos que grabaron los acusados la madrugada de los hechos y posteriormente subieron a las redes. Uno de ellos, una grabación de 50 segundos, recoge parte de la paliza que esta banda juvenil -a la que durante el juicio se ha identificado como Los Hermanos Koala- propinó a Alex.

Según se evidenció ayer miércoles mediante el testimonio de otros peritos, los servicios sociales vizcainos habían intervenido desde que era un bebé en la vida de uno de los acusados, Andoni Alfredo C., nacido en Barakaldo e hijo de dos personas migrantes que habían llegado de Ecuador con problemas adaptativos. Este acusado “creció sin límites” paternos y desde muy joven consumía “múltiples tóxicos”. También detallaron que Kevin F., nacido “con síndrome de abstinencia”, presentaba un “cociente intelectual muy bajo”. “Sabe diferenciar lo que está bien y lo que está mal. Pero no sabría valorar adecuadamente cuáles son las consecuencias de sus actos”, estimaron las peritos.