Dolida por el veredicto del jurado y destrozada por un juicio que le ha hecho revivir el “horror” de la muerte de su hijo, Santi Coca, el 26 de abril de 2019, su madre, Fátima Hacine, saca fuerzas para atender a los medios de comunicación apenas unas horas después de salir del juzgado. “¿Una valoración de la sentencia? No sé, ya venimos de tantas negligencias y tanta mala praxis por todos lados...”, critica Fátima: “Es evidente que no estamos de acuerdo. Sabemos al 100% que son culpables y que no es un homicidio, sino un asesinato”.
Uno de los jóvenes procesados fue declarado culpable de homicidio por imprudencia grave, mientras que los otros tres procesados fueron absueltos en el veredicto que el jurado popular dio a conocer el martes por la noche. Otro joven ya había sido absuelto durante la vista oral, mientras que el sexto acusado, conocido como el argelino, se encuentra en paradero desconocido desde octubre del pasado año, así que no ha podido ser juzgado.
Fátima Hacine no tiene ninguna duda de que su hijo fue asesinado: “Tenemos esa certeza y ellos (los acusados) también lo saben. Es la manera de actuar de esas bandas, que están protegidas por mafias. Es delincuencia organizada. Fueron a pelearse, no les conocían de nada, pero es su manera de operar: robar, pegar y meterse en líos. Van por ahí con total impunidad”.
Cree que la madre del joven fallecido que “nadie paga por la muerte” de Santi Coca, y no es “por falta de pruebas”: “Es más bien por omitir información. Los testigos están cinco o diez minutos en el juicio y el jurado popular se basa en eso, cuando hace cuatro años y medio, los testimonios fueron otros. No tienen que poner un jurado popular, porque está cogiendo solo parte de las pruebas, no está estudiando el caso desde el primer día. La Fiscalía sabe perfectamente lo que ha pasado, el abogado del Ayuntamiento de Donostia vio en el año de prisión preventiva que se acusaban entre ellos”.
Fátima Hacine insiste en los testimonios de los amigos de Iker, hermano de Santi, que estaban presentes en el momento en el que el joven fue agredido: “Ya dieron su testimonio el primer día, pero en el juicio les han coaccionado. Estaban cohibidos por las preguntas del abogado de los rumanos. Nos parece mala praxis con unas preguntas trampa, que dejaron congelados a los testigos. Es una negligencia que en un juicio tan mediático se hagan esas preguntas tergiversadas. Hay que ponerse en el lugar de los chavales. Para mí, esto es omisión de la información”.
La madre de Santi Coca incide también en la autopsia que le realizaron a su hijo. “El primer forense que estaba haciendo la autopsia falleció cuando le faltaban dos meses de desarrollo de la autopsia, todo eso hay que contarlo. Otros dos médicos forenses acabaron la autopsia. No hubo una autopsia correcta”, explica, refiriéndose a los profesionales que en el juicio dijeron que no tenían pruebas concluyentes para decantarse por el origen neutral o traumático de la hemorragia que provocó la muerte de Santi Coca.
Otra de las negligencias que critica Fátima Hacine es la huida de el argelino, como se conoce al otro acusado, a quien se atribuye ser el autor de la última patada a Coca: “Que no esté presente en el juicio ha tenido su influencia. El Juzgado de Irun no hizo bien su labor (esta persona tenía que firmar allí periódicamente, pero dejó de cumplir con su obligación una vez puesto en libertad de forma provisional) y ha faltado uno de los acusados principales, que es el que iba a acusar a los rumanos”.
Dice la madre del joven fallecido que está siendo “un proceso larguísimo” y que tanto ella como su familia se sienten “agotados”: “Está siendo un horror para nosotros, pero también para la sociedad. Tendría que haber una reflexión sobre el sistema judicial. Sería humillante que todavía haya que indemnizar a los acusados por el año que pasaron en prisión preventiva cuando han matado a mi hijo. No hay un culpable, porque fueron varios los que le dieron la paliza. Se han estado acusando entre ellos y que se hayan librado no significa que sean inocentes”.
“Meditar” si recurrir
Reconoce Fátima Hacine que “lo único positivo” que sacan de la sentencia es que el jurado popular ha dicho “que no fue muerte natural”, una opción “que nadie se podía creer porque hubo varias personas que le dieron una paliza a mi hijo”.
Tanto la familia como el abogado, Eduardo Ruiz de Erenchun, tienen ahora “diez días para meditar” la posibilidad de recurrir: “Vamos a estudiar con tranquilidad la sentencia y valorar si recurrimos. Vamos a ver dónde podemos poner la lupa. Será difícil que se considere un juicio nulo, pero sería lo suyo y lo más congruente teniendo en cuenta todas las negligencias que ha habido”.