Si el proceso judicial abierto para investigar el incendio de las discotecas de Murcia concluye que las muertes de las 13 víctimas del siniestro se produjeron por imprudencias graves, los responsables de esos homicidios imprudentes podrían enfrentarse a penas de hasta 9 años de prisión.

Así lo ha explicado a EFE el fiscal superior de la Región de Murcia, José Luis Díaz Manzanera, que ha insistido en que el caso se encuentra aún en una "fase muy inicial".

De acuerdo con las diligencias abiertas por el juzgado de instrucción número 3 de Murcia, se estudia que las trece muertes hayan sido consecuencia de una imprudencia, por lo que la investigación consistirá en determinar qué ocurrió exactamente y quién es el responsable.

En ese sentido, el fiscal ha recordado que, en función de la gravedad de la imprudencia, el Código Penal fija, para las consideradas graves, penas de hasta 4 años de prisión.

Además, en casos especialmente graves, "cuando se haya producido un número muy elevado de muertes", como podría ser este caso, la pena puede aumentar hasta 9 años de prisión.

De cualquier forma, Díaz Manzanera ha insistido en que lo que determinará las posibles penas no es el resultado de la imprudencia, sino "la conducta inicial", por lo que ha insistido en la necesidad de esperar a los informes policiales y periciales.

Además, será fundamental averiguar si el incendio fue causado por una negligencia relacionada con los propios locales, o bien por la actuación inadecuada de alguna persona en particular que pudiera causar el fuego.

"Las hipótesis están muy abiertas y no se puede concluir nada hasta que no empecemos a tener los informes policiales y de los peritos", ha resaltado.

En cuanto a las responsabilidades civiles, ha señalado que es crucial conocer si las salas afectadas contaban con seguros, con lo que las víctimas podrían recibir una indemnización si se determina la responsabilidad en el suceso de los propios locales.

La administración local, ha dicho, también podría llegar a incurrir en una responsabilidad civil subsidiaria en función de las variables del caso.

Preguntado por la intención de Podemos de personarse en esta causa, Díaz Manzanera ha indicado que deberá hacerlo como "acusación popular" si no es una parte directamente afectada por el suceso y que, cuando son muchas las peticiones de este tipo, el juez, previo informe del Ministerio Fiscal, puede decidir agruparlas bajo una misma representación para evitar que se ralentice la marcha del proceso.

"Unas 30 o 40 personas"

Jorge Belmonte, que estaba en la discoteca Teatre cuando se inició el incendio, poco antes de las 6 horas de este domingo, ha dicho hoy a EFE tras prestar declaración ante la Policía Nacional que alrededor de 30 o 40 personas estaban en la pista de baile cuando se desató el fuego, y que la tragedia hubiera tenido consecuencias mucho más graves si el incendio se hubiera producido dos horas antes.

Belmonte, una de las quince personas que han pasado esta mañana por la comisaría de El Carmen para aportar datos a los investigadores sobre las circunstancias en las que se inició el incendio, ha alabado la labor de los vigilantes de seguridad de Teatre, que llevaron a cabo con éxito la evacuación de los clientes y colaboraron en los primeros momentos del incendio con extintores.

Además, ha dicho que el fuego no se pudo originar por los cañones de fuego frío que había a cada lado de la mesa del DJ como asegura la gerencia de la anexa Fonda Milagro: 'los cañones de fuego frío lanzan unas llamas similares a las bengalas y -según Francisco Adán, el abogado de la discoteca- eso podría haber sido la causa del incendio', en el que fallecieron 13 personas y 24 resultaron heridas.

El testigo ha explicado que los cañones estaban funcionado de forma intermitente pero que el humo venía de unos dos o tres metros más atrás, al otro lado del tabique de placas de yeso laminado que separaba Teatre de la Fonda Milagros.

"Yo trabajo en restaurantes de celebraciones y ese tipo de pirotecnia no quema. Esa no pudo ser la causa del incendio", ha aducido.

Belmonte había reservado un palco junto con su pareja y tres amigos más en Teatre, pero al acabar la noche decidieron bajar a la pista, "donde sobre las 5.55 horas quedábamos unas 30 o 40 personas (...) Si la discoteca llega arder dos horas antes, con la cantidad de gente que había, no quedamos ni uno", ha apostillado.

Igualmente, ha subrayado que él no notó el calor de las llamas, aunque el humo ya empezaba a vislumbrase por el falso techo que comunicaba Teatre y La Fonda Milagros, y ha remarcado que los porteros "actuaron muy bien y evacuaron a la gente con rapidez".

Belmonte también ha apuntado que cuando ya llevaban un rato fuera aún seguía saliendo gente de Fonda Milagros.