El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 11 años de prisión a un hombre que quebrantó una condena por amenazas y maltrato a su exmujer para irrumpir en su casa y violarla delante de su hija, de dos años, en Bilbao.

La Sala de lo Penal ha dictado una sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, que rechaza el recurso del condenado contra la resolución de la Audiencia Provincial de Bizkaia por un delito de agresión sexual con la agravante de parentesco y otro de quebrantamiento de condena.

Además de la pena de prisión, el Supremo ratifica la prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima durante 15 años así como una indemnización de 10.000 euros.

El hombre ya había sido condenado en 2011 por delitos de amenazas y maltrato y falta de injurias, a la pena, entre otras, de prohibición de acercarse y comunicarse con su expareja durante cuatro años y cinco meses siendo apercibido de las consecuencias del incumplimiento. Eso sí, el hombre tenía la guardia y custodia de la hija de la pareja, con un régimen de visitas a favor de la mujer.

Los hechos ocurrieron sobre las 23:00 horas del 7 de julio de 2012 cuando el hombre, "con conocimiento del contenido de la resolución penal y de forma voluntaria y consciente", se presentó en el domicilio de la víctima protegida, con la hija común de dos años.

Entonces, la mujer abrió la puerta pensando que llamaba otra persona y al ver que era su expareja intentó cerrarla para impedir que accediera, pero él le propinó un fuerte empujón lanzándola contra la pared. Luego cerró con llave y la agarró del pelo y del brazo forzándola a agacharse y metiendo el carro de la niña de un empujón en una habitación.

A continuación, revisó la vivienda arrastrando a su exmujer hasta la cocina, donde cogió un cuchillo y con ánimo de atemorizarla le dijo "hoy he venido para matarte y matar a la niña porque tú me has dejado sin papeles y he dejado allí a mi mujer embarazada y por las denuncias que me has puesto no puedo estar aquí ni volver a Marruecos".

En ese clima intimidatorio, bajo la amenaza del cuchillo, la cogió y la colocó de espaldas para violarla en presencia de la hija.

Poco después, la mujer consiguió hacerse con el dispositivo "bortxa" de asistencia a víctimas alertando a la policía por medio de una llamada perdida hasta que se personó en las inmediaciones del domicilio una patrulla de la Ertzaintza.

Acto seguido, los agentes llamaron a la vivienda desde el portal, y cuando el condenado se asomó a una de las ventanas, la víctima aprovechó para salir rápidamente de la vivienda.

Fue entonces cuando los agentes rompieron la puerta ante el temor de que la niña, que se había quedado en el interior en compañía de aquél -que no quería abrir la puerta- pudiera sufrir algún daño. Antes de que los agentes entraran finalmente, el hombre huyó saltando por la ventana de la cocina.