La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Ángeles Carmona, reconoció ayer lunes que el asesinato de un niño de 11 años en Sueca (Valencia) a manos de su padre es un "fallo flagrante" del sistema, que "no puede volver a ocurrir". El asesinato del menor es el primer caso de violencia vicaria registrado este 2022, y la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ha confirmado que existían denuncias previas por violencia machista contra el presunto agresor.

De hecho, el pasado mes de agosto un juez suspendió "cualquier régimen de visitas" del hombre, acusado de maltratar a su exmujer, pese a lo cual un mes después los padres ratificaron en otro juzgado un convenio regulador que establecía la custodia compartida del menor.

"no nos consta ningún maltrato"

Por su parte, la prima de la madre del niño y portavoz de la familia, Marta Tur, aseguró que no había precedentes de malos tratos al menor por parte de su padre, "o al menos no nos consta", y que por eso decidían llevarlo unas horas cada domingo para que le viese.

"Estamos intentando asimilar lo sucedido, no es posible. La madre decidió divorciarse el verano pasado porque él no se portaba bien con ella. Fue violento, ella nos lo contó y fuimos a poner la denuncia. Se le puso una orden de alejamiento de 500 metros que estaba a punto de concluir, era la próxima semana", explicó Tur.

En el proceso de divorcio el padre y asesino del único hijo de la pareja "había mostrado cierta obsesión, la acosaba, pero con el niño nunca, al menos no nos consta, y no es cierto que hubiese amenazado antes con matarlo, en ese caso no habríamos accedido nunca a llevárselo".

Esta mujer señaló que la madre y su agresor tenían custodia compartida -en virtud de un régimen que acordaron ambos con posterioridad a la orden de alejamiento impuesta por el juez- pero que la familia materna "no accedía a cumplirla porque él no estaba en condiciones de tenerla".

Sobre este punto, el TSJCV informó de que antes de ratificar dicha custodia compartida, en septiembre del año pasado, ninguno de los progenitores informó al juzgado de la existencia de un procedimiento penal por maltrato abierto en agosto -fruto del cual se impuso la citada orden de alejamiento-.

"Por costumbre, los domingos llevábamos al niño unas horas para que viese a su padre. Él quería pasar tiempo con su padre, aunque últimamente no iba tan convencido. El domingo, al poco rato de dejarle llamó a su madre para que fuese a recogerle, y en el trayecto debió hacer la barbaridad que hizo", lamentó. La portavoz de la familia insiste en que nadie debe dudar de que lo sucedido se enmarca en la casuística de la violencia vicaria, "que es la peor de las violencias de género".