Bilbao
LA colaboración ciudadana ha sido esencial en la identificación y localización de Ariel, el ciudadano de origen brasileño de 32 años detenido como presunto responsable del apuñalamiento de M. F., de 18 años, y B. M., de 17, que tuvo lugar la madrugada del pasado sábado mientras regresaban caminando de la romería de Eneperi, uno de los días grandes de las fiestas de Bakio. A pesar de las graves lesiones sufridas por M. F. -la puñalada le perforó el pulmón izquierdo y le causó daños en una arteria-, la joven evoluciona favorablemente y ya ha abandonado la Unidad de Reanimación del hospital de Cruces para pasar a planta.
La investigación iniciada por la Ertzaintza llevó a la detención del principal sospechoso en la tarde del pasado lunes. Fuentes cercanas a la investigación resaltaron a DEIA la importancia de la información facilitada por la ciudadanía y alabaron la labor realizada por los vecinos de la localidad. Gracias a los esfuerzos de varias cuadrillas de jóvenes bakiotarras se logró, en las 19 horas posteriores a la agresión, dirigir las sospechas hacia un posible responsable, y permitió, en menos de 48 horas, el arresto del presunto autor de los hechos.
También el Ayuntamiento de la localidad quiso, por una parte, felicitar la rápida intervención de las autoridades; y, por otro, agradecer la labor de los jóvenes de Bakio, ya que "gracias a la información que recabaron y a los testimonios de las personas que presenciaron los hechos, la Ertzaintza ha podido dar con el individuo". No obstante, la autoridades municipales hicieron un llamamiento a la prudencia: "Estas cosas hay que tomarlas con un poco de calma, porque se pueden salir de madre". El alcalde de la localidad, Aitor Apraiz, también solicitó a los vecinos "tranquilidad y calma". "Les pediría que estén tranquilos, que la Justicia tiene que hacer su trabajo", matizó.
La investigación iniciada por la Ertzaintza tras el ataque sumada a las informaciones recabadas por los testigos y vecinos surtieron efecto rápidamente.
Atando cabos En torno a las 23.00 horas del sábado, varios grupos de jóvenes apuntaban al ahora detenido como principal sospechoso. "Solo atamos cabos. Le vimos la noche de la agresión en la zona de Eneperi con el ciclomotor. Se veía que iba mal. Subió muy rápido a pesar de que había muchas gente andando por la carretera. Al bajar se cayó y se hizo una herida en el hombro y cuando fueron a ayudarle estaba muy nervioso y reaccionó de forma violenta", explicaban varios testigos. Bakio es un municipio pequeño y tranquilo en el que casi todos sus habitantes se conocen, a pesar de que su población se triplica durante el verano.
El día de la agresión se celebraba la tradicional romería de Eneperi, donde se organizan las populares paellas. Se trata de una fiesta multitudinaria a la que no faltan los jóvenes del municipio. Por ello, fueron muchas las personas que a las 4.30 horas se encontraban en la zona y que pudieron ver tanto el accidentado periplo del presunto agresor como los instantes de tensión posteriores al apuñalamiento. De ahí que, horas después del ataque, los jóvenes comenzaran a recopilar datos.
"Nos dimos cuenta de que la hora a la que pasó con la moto era poco después de la agresión. También nos sorprendió su reacción y la sangre en la ropa. Por eso empezamos a sospechar y decidimos averiguar quién era", explicaron a DEIA varios testigos. Así, durante la jornada del sábado, comenzaron su investigación particular. "Descubrimos de quién era la moto y vimos que tenía la herida en el hombro. Entonces supimos que era él".
Alrededor de las 23.00 horas del pasado sábado, varios jóvenes se dirigieron a la vivienda del sospechoso para pedirle cuentas; sin embargo, decidieron antes llamar a la Ertzaintza. Los datos y argumentos que aportaron tenían la suficiente enjundia como para que la Policía vasca actuara. Así que se personó en el domicilio y trasladó al sospechoso, en calidad de testigo, a dependencias policiales. Horas después, fue puesto en libertad. A pesar de estar libre, la Ertzaintza le recomendó que no saliera de casa. Y el alcalde hizo un llamamiento a la calma. "Es difícil pedir tranquilidad en un momento como este, pero no hay que precipitarse".
Varias patrullas custodiaron el domicilio para evitar que alguien tratara de tomarse la justicia por su mano y, al mismo tiempo, para impedir que el sospechoso pudiera fugarse. Finalmente, el pasado lunes, ya con pruebas contundentes, la Ertzaintza regresó a la vivienda para detenerle acusado de un delito de intento de homicidio.