Trapagaran. Los amigos de lo ajeno volvieron a actuar en la madrugada de ayer en La Arboleda. Varios desconocidos sembraron la incertidumbre entre los hosteleros de la zona alta de Trapagaran y trajeron al recuerdo los asaltos sufridos en sus establecimientos el pasado año.
El último afectado fue el restaurante Gorka Zamarripa, situado en el número 4 de la calle Magdalena, la arteria principal del poblado minero, donde se ubican la mayoría de los establecimientos hosteleros. Los ladrones causaron daños por valor de unos 4.000 euros en este local. Se da la circunstancia de que este hostelero sufrió un robo similar hace dos años. Por el modus operandi con el que los ladrones cometieron el hurto "pienso que puede ser incluso la misma o las mismas personas", aseguró el gerente del restaurante, Iñaki Zamarripa, en su declaración ante los agentes de la Unidad Científica de la Ertzaintza de Sestao.
Según el relato efectuado por Zamarripa, el robo debió cometerse de madrugada "ya que el lunes, día en el que permanece cerrado al público, estuve en el local hasta bien pasadas las nueve de la noche y lo dejé todo bien cerrado para abrir hoy por la mañana -por ayer- como siempre".
Sin embargo, Zamarripa se llevó el disgusto del día al introducir la llave en la cerradura de la puerta trasera del inmueble que da a la calle Mamerto Allende. "Me quedé con el bombín de la cerradura en la mano" explicó Iñaki al cerrajero que acudió a arreglar el primero de los elementos que dañaron los ladrones en el restaurante.
Tragaperras No en vano, los autores del robo no se anduvieron con chiquitas y nada más entrar al establecimiento arrancaron de cuajo la alarma situada dentro de la barra.
Ya en silencio, los ladrones utilizaron un destornillador para forzar la máquina tragaperras cuyas tolvas vaciaron. "Entre lo que dejan habitualmente los de la máquina y con lo que se pudo jugar durante la semana, en la que no salió ningún premio gordo, calculo que habría cerca de 2.000 euros", explicó Zamarripa.
Además, los asaltantes desvencijaron la caja registradora del local haciéndose con cerca de 500 euros en cambios. Si bien, curiosamente, dejaron en el cajetín las monedas de 5 céntimos y dos monedas de dos euros. Por último los cacos se llevaron una buena previsión de botellas de alcohol del altillo que corona la barra del establecimiento.
"Se han llevado todas las botellas de güisqui, ginebra, vodka y de bailas. Se ve que son de morro fino porque el vino no lo han tocado", indicó Zamarripa señalando una caja de crianza del establecimiento.
En la denuncia presentada por la tarde en la comisaría de Sestao, el hostelero reseñó también la avería causada en la máquina de hielo "que han debido golpear al arrancar la sirena de la pared".