Este año es especial para Lorra, al conmemorar su 35 aniversario atendiendo las necesidades del sector agrario. Durante este tiempo, el trabajo desempeñado por la cooperativa ha hecho posible que el Primer Sector experimente una gran evolución, aunque los productores consideran que aún tiene que mejorar. La modernización de las infraestructuras agrícolas y ganaderas, la maquinaria y la automatización de los procesos han conseguido un gran avance en la calidad de vida de los baserritarras, pese a seguir siendo una profesión sacrificada que requiere mucho tiempo, atención y cariño.

¿Dónde cree usted que radica el éxito de Lorra?

- En haber conseguido en todos estos años la vertebración del Primer Sector de Bizkaia en torno a su estructura, que de hecho, es la misión de la cooperativa. Lorra es un proyecto vivo que se ha de amoldar al desarrollo y a las necesidades del sector.

¿Se han cumplido los objetivos marcados en sus inicios?

- Yo soy de los que piensan que los objetivos, si están bien marcados, nunca se deberían cumplir pero si acercarnos a ellos, ya que siempre tienen que ser lo suficientemente ambiciosos para generar “hambre” por alcanzarlos. Aún así, sí considero que se han alcanzado gran parte de los objetivos marcados hace 35 años. Hoy una gran parte del sector profesional agrario de Bizkaia está dentro de nuestra estructura y es atendido de forma directa o indirectamente desde nuestras estructuras asociadas.

El cooperativismo ha marcado la trayectoria de Lorra. ¿Por qué cree usted que el mundo agrario y ganadero se ha decantado por dicho modelo?

- Se trata de un modelo, en nuestro caso, en el que las decisiones son tomadas desde un órgano rector que está conformado por una representación de todas las sensibilidades de las entidades asociadas, el cual se renueva cada 4 años y que da cuentas todos los años de su gestión, al órgano superior que es la asamblea de socios. En este 35 aniversario nos toca renovar el mismo y como novedad se va a proponer a la asamblea incorporar a la plantilla de trabajadores y trabajadoras, que es el principal activo para poder conseguir los objetivos de la cooperativa. El modelo cooperativo es el más aplicado en el mundo agroalimentario porque sus principales actores, los y las profesionales del sector, son los que toman las decisiones sobre la gestión de su presente y su futuro, bien participando y representando a sus compañeros/as en el Consejo Rector de la Cooperativa o en las asambleas ordinarias y/o extraordinarias que se susciten para aportar sus opiniones y puntos de vista.

¿Qué ha supuesto Lorra en el Sector Primario?

- Eso lo tendría que decir el propio sector. Pero a este respecto decirte que nosotros venimos haciendo encuestas desde el año 2005 a nuestras entidades asociadas, a sus explotaciones asociadas que serian nuestros clientes, sobre los servicios que les ofertamos y que reciben de la cooperativa, y sobre cómo influye nuestro trabajo para poder desarrollar con éxito su actividad agrícola o ganadera. Las conclusiones que obtenemos de esas encuestas son de notable alto. Así que, aunque todo es mejorable y siempre hay un margen de mejora, podemos estar satisfechos sobre nuestro trabajo y sobre lo que opinan sobre la misión y función de Lorra.

Es un sector con importante repercusión en la economía vasca. ¿Hacía dónde debe caminar?

- El Primer Sector en Bizkaia no aporta grandes números en la economía vasca, el 0,8%, pero si lo incorporamos a la industria agroalimentaria e incluso a la gastronomía, llegamos a un 10% del PIB. Además, el valor estratégico de este sector no sólo radica en que nos aporta alimentos de calidad y sostenibles, KM0, acordes con un medio natural y bienestar de sus animales, sino que también gestiona el 85% de nuestro territorio. Nuestros agricultores y ganaderos son los “jardineros” de nuestros montes y consiguen que gran parte de la belleza de los mismos se mantenga gracias a su gestión diaria.

¿Cuáles son los retos a los que debe hacer frente?

El principal reto es el relevo de los profesionales agrarios. Hoy tenemos una media de edad de 58-60 años, una realidad que urge a diseñar políticas activas, no sólo para atraer gente joven al sector, sino también para retenerlos, y eso sólo se va a conseguir garantizando a nuestros baserritarras una renta digna y una calidad de vida aceptable. Es la única medida para que los jóvenes no se sientan tentados por otros modelos, sectores y/o puestos de trabajo.

¿Se esperan nuevas incorporaciones?

Este año, en Bizkaia, se van a incorporar 13 nuevos/as emprendedores/as en diferentes actividades, algunos como relevo generacional de sus aitas, tíos,… y otros/as nuevos, sin relación previa con el sector. Son datos insuficientes. Corremos el riesgo de empezar a ver campos y granjas abandonadas, lo que representa un problema de todos y todas si queremos seguir consumiendo productos de Bizkaia. ¡Sin agricultores no hay comida y sin comida no hay futuro!