¿Alguna vez te has parado a pensar en el impacto medioambiental de las coladas? Al igual que con cualquier otra tarea cotidiana, hay algunas pautas que puedes aplicar para minimizar tu huella ecológica y, de paso, ahorrarte una buena cantidad de dinero al cabo del año. Aquí te damos algunos consejos:

-Lava todo lo necesario, pero no más de lo necesario. Antes de echar tu ropa al cesto nada más quitártela, considera si sigue en condiciones de ser utilizada de nuevo al día siguiente. De ser así, cuélgala para que se airee, trata a mano las manchas o lamparones que encuentres y cepíllala si lo ves apropiado.

-Del mismo modo, evita planchar cuando no haga falta. A veces, es suficiente con el programa vapor de la lavadora.

-Seca tu colada al aire libre siempre que puedas.

-Recuerda clasificar las prendas por colores y tipos de tejido, y lávalas siempre al revés.

-Programa tu lavadora a 30ºC. La temperatura que indica la etiqueta de una prenda suele ser la máxima, no la recomendada durante el lavado. De esta forma, conseguirás que se desgasten menos las fibras de los tejidos y se conserve mejor su color original.

-En la medida de lo posible, invierte en aparatos inteligentes con certificado de eficiencia energética. De forma habitual, encárgate de hacer revisión y mantenimiento de los equipos. Limpia bien los filtros, el interior del electrodoméstico, los compartimentos, etc.

-Cuando hagas la compra, decántate por detergentes biodegradables o ecológicos, ya que están libres de cloros y fosfatos. Este último componente es uno de los mayores responsables de la contaminación de ríos y lagos, ya favorece la proliferación de algas. A consecuencia de ello, cientos de peces mueren por falta de oxígeno en el agua.

-Hazte con unas bolas de lana para la lavadora, que disminuyen el tiempo de secado de las prendas y les aportan suavidad al tacto.

- Nueces de lavado. Especialmente recomendadas para lavar sábanas y toallas. Son económicas, y cada una de ellas puede reutilizarse hasta en tres ocasiones. Guarda cuatro o cinco cáscaras dentro de una bolsita de tela y mételo a la lavadora. Cada cáscara contiene saponina, un agente que actúa como limpiador al entrar en contacto con el agua tibia.

-Fabrica tu propio suavizante natural. Es muy fácil: solo tendrás que rescatar 250 mililitros de vinagre de manzana y añadir unas gotitas de aceites esenciales incoloros para eliminar el olor.

-Para blanquear la ropa, toma nota de esta mezcla: una cucharada de virutas de jabón de Castilla o de Marsella (solo hay que rallar la pastilla con un rallador) y dos cucharadas de percarbonato de sodio, que se obtiene a partir de una combinación de sal, agua y tiza.

-A modo de detergente quitagrasas, el jabón de Marsella elaborado con aceite de oliva reciclado también te será útil. Y si lo quieres en formato líquido, ralla una sola pastilla y dilúyela en seis litros de agua tibia. Agítalo, y en dos días estará totalmente disuelto y listo para usar. Habrás conseguido nada menos que seis litros de producto al precio de una sola pastilla de jabón.