El tabaco es uno de los principales enemigos de la salud. Sus componentes tóxicos afectan gravemente a casi todos los órganos del cuerpo, siendo responsables de enfermedades respiratorias, cardiovasculares, cáncer y múltiples trastornos crónicos.

La nicotina genera adicción, mientras que las sustancias químicas presentes en el humo del cigarrillo —como el alquitrán, el monóxido de carbono, y metales pesados— dañan el sistema respiratorio, irritan las vías aéreas y provocan inflamación crónica.

Además, el humo del tabaco deteriora las paredes arteriales, aumentando el riesgo de infarto, hipertensión y accidentes cerebrovasculares.

El hígado, encargado de filtrar toxinas, también sufre los efectos del tabaquismo, viéndose obligado a procesar un exceso de sustancias nocivas que comprometen su buen funcionamiento.

En medio de este panorama, existen plantas medicinales que pueden convertirse en aliadas en el camino hacia la desintoxicación y la recuperación de la salud.

Una de ellas es el regaliz, una planta que, más allá de su popular uso en golosinas y caramelos, posee una raíz con notables propiedades terapéuticas, utilizadas desde la antigüedad en diversas tradiciones medicinales.

Favorece la función hepática

El regaliz contiene glicirrina, un compuesto activo que favorece la función hepática. Este principio activo estimula el hígado en la eliminación de toxinas, algo especialmente importante en quienes buscan recuperarse del daño provocado por el tabaco. Al facilitar la depuración de sustancias nocivas, el regaliz ayuda a aliviar la sobrecarga hepática que suele acompañar a los fumadores y exfumadores.

El tabaco provoca un deterioro considerable de la salud Pixabay

Ideal para dejar de fumar

Además de su acción hepatoprotectora, el regaliz puede ser de gran ayuda para quienes intentan dejar de fumar.

Masticar un trozo de su raíz puede sustituir la necesidad oral del cigarrillo, proporcionando una alternativa natural que mantiene las manos y la boca ocupadas, mientras aporta un sabor dulce y agradable sin los efectos tóxicos del tabaco. Esta práctica puede reducir la ansiedad y la necesidad compulsiva de fumar, facilitando así el proceso de deshabituación.

El regaliz también destaca por sus propiedades antiinflamatorias y expectorantes, muy beneficiosas para el sistema respiratorio.

Ayuda a aliviar la tos, la bronquitis y otras enfermedades de las vías aéreas superiores, lo cual es especialmente útil en personas que han fumado durante años y sufren las secuelas respiratorias del tabaco.

Además, al ser una planta antiácida, antiespasmódica y digestiva, contribuye a prevenir la pesadez estomacal, reduce las flatulencias y combate la indigestión, problemas comunes entre quienes han tenido hábitos de vida poco saludables.

Otro aspecto interesante del regaliz es su potencial efecto sobre el estado de ánimo. Aunque se requiere más investigación en humanos, algunos estudios en animales, como los publicados en Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry, sugieren que podría tener propiedades antidepresivas, al incrementar los niveles de noradrenalina y dopamina en el cerebro.

Esto podría ser beneficioso para quienes atraviesan el difícil proceso de abandonar el tabaco, etapa en la que los cambios de humor y la depresión son frecuentes.

Prevención de los golpes de calor

Por último, el regaliz también puede ser útil en la regulación de la temperatura corporal, ayudando a quienes padecen golpes de calor o deshidratación. Esta versatilidad lo convierte en una planta valiosa dentro de un enfoque integral de la salud.

Ayuda natural

En definitiva, aunque el daño causado por el tabaco es extenso, plantas como el regaliz ofrecen una ayuda natural para mitigar sus efectos, favorecer la desintoxicación y apoyar a quienes buscan recuperar su bienestar.