La salud dental es fundamental para mantener una buena calidad de vida. Aunque el cepillado de dientes es parte de la rutina diaria de la mayoría de las personas, no siempre lo hacemos de la manera correcta. Muchos cometemos errores sin siquiera darnos cuenta, lo que puede afectar la eficacia del cepillado y poner en riesgo la salud de nuestros dientes y encías.

Para tener una sonrisa saludable y duradera, es crucial identificar esos hábitos que pueden estar perjudicando nuestra higiene bucal y corregirlos. A continuación, se detallan los cinco errores más comunes que se cometen al cepillarse los dientes, y se ofrece una guía sobre los mejores y peores alimentos para la salud dental.

1. Cepillarse con demasiada fuerza

Uno de los errores más frecuentes es aplicar demasiada presión al cepillarse. Muchas personas creen que al frotar con mayor intensidad, eliminarán mejor la placa y los restos de comida. Sin embargo, un cepillado agresivo puede dañar el esmalte dental y causar la retracción de las encías, lo que aumenta la sensibilidad dental y la exposición a enfermedades como la gingivitis. La clave está en usar un cepillo de cerdas suaves y aplicar una presión moderada para no dañar las estructuras dentales.

2. No cepillarse el tiempo suficiente

Otro error común es no dedicar el tiempo adecuado al cepillado. Según los dentistas, el cepillado debe durar al menos dos minutos, pero la realidad es que muchas personas no alcanzan ni la mitad de ese tiempo. Al cepillarse de manera apresurada, se corre el riesgo de no limpiar correctamente todas las superficies de los dientes, lo que facilita la acumulación de placa en zonas difíciles de alcanzar. Usar un cronómetro o un cepillo eléctrico con temporizador puede ayudar a asegurarse de cumplir con el tiempo recomendado.

3. No cambiar el cepillo de dientes con regularidad

El cepillo de dientes es una herramienta esencial en nuestra rutina de higiene, pero si no se cambia con frecuencia, puede perder eficacia. Las cerdas desgastadas no eliminan la placa adecuadamente y, además, un cepillo viejo puede acumular bacterias. Se recomienda cambiar el cepillo de dientes cada tres meses o antes si las cerdas están visiblemente deterioradas. De igual manera, es importante reemplazar el cepillo después de haber sufrido una enfermedad, como un resfriado, para evitar una posible reinfección.

Cepillo y pasta de dientes Freepik

4. Cepillarse inmediatamente después de comer

Si bien es tentador cepillarse los dientes justo después de una comida, especialmente cuando se ha consumido algo ácido, esto puede ser perjudicial. Los alimentos y bebidas ácidas, como los cítricos y los refrescos, debilitan temporalmente el esmalte dental, y cepillarse en ese momento puede desgastar aún más la superficie del diente. Los dentistas recomiendan esperar al menos 30 minutos después de comer antes de cepillarse, para darle tiempo a la saliva a neutralizar los ácidos y proteger el esmalte.

5. Olvidarse de cepillar la lengua

La lengua es un área donde se acumulan muchas bacterias que pueden causar mal aliento y contribuir a la formación de placa. Sin embargo, es común que muchas personas olviden cepillarla. Incluir la limpieza de la lengua en la rutina de higiene bucal es fundamental para mantener una boca fresca y saludable. Se puede usar el mismo cepillo de dientes o un limpiador específico para la lengua.

Los mejores alimentos para los dientes

La alimentación juega un papel clave en la salud dental. Hay alimentos que fortalecen los dientes y encías:

  • Lácteos (leche, queso y yogur): Los productos lácteos son ricos en calcio y fosfato, minerales esenciales para fortalecer el esmalte dental y los huesos. Además, el queso estimula la producción de saliva, que ayuda a limpiar los dientes y neutralizar los ácidos en la boca.
  • Frutas y verduras crujientes: Manzanas, zanahorias y apio son alimentos que no solo proporcionan nutrientes, sino que también actúan como limpiadores naturales de los dientes, eliminando restos de comida y estimulando la producción de saliva.
  • Frutos secos: Las almendras, nueces y otras variedades de frutos secos contienen minerales como el calcio y el magnesio, que contribuyen a mantener los dientes fuertes. También son bajos en azúcar, lo que los convierte en un buen refrigerio para la salud bucal.
  • Té verde: El té verde contiene antioxidantes y compuestos que inhiben el crecimiento de bacterias responsables de la formación de placa y el mal aliento.

Dientes sanos Pexels

Mientras que estos alimentos ayudan a mantener una buena salud dental, hay otros que, por el contrario, dificultan el mantenimiento de unos dientes sanos, afectando tanto a su aspecto como a su salud en general. Estos son las bebidas azucaradas, cuyo alto contenido en azúcar desgasta el esmalte y provoca la aparición de caries.

Otro ejemplo es el café, que además de manchar los dientes, puede alterar el equilibrio del pH en la boca, favoreciendo la proliferación de bacterias y la formación de placa. Asimismo, los alimentos procesados, como las galletas y snacks, contienen altos niveles de azúcar y almidón, lo que fomenta la producción de ácidos que erosionan el esmalte dental.