“Hay que saber utilizar el estrés a tu favor”, indica Cantabrana, que ha consolidado su voz como autoridad en el bienestar y el manejo del estrés. Como explica, el estrés se manifiesta en todos los ámbitos de la vida, provocando severas enfermedades físicas, emocionales y mentales: multiplica por cinco el número de accidentes laborales, produce 374 millones de incidentes anuales y 7.500 muertes (por estrés y enfermedades laborales) según la OIT. “La amenaza es real y, lo que es peor, a menudo el estrés pasa desapercibido”, sentencia la escritora donostiarra que en el libro Estrés encubierto ofrece claves para convertirlo en un aliado.

¿Cuándo podemos decir que una persona está estresada?

Normalmente las personas no nos damos cuenta cuando estamos estresadas y de ahí el título del libro, Estrés encubierto. Nos apercibimos de ello cuando es demasiado tarde. Además, el problema no es que tengamos estrés, porque es algo positivo, que nos activa y nos da energía; el problema es que en esta sociedad estamos en todo momento estresados. Esto nos pasa una factura muy alta; hay mucha gente de baja. Los expertos dicen que el 90% de las enfermedades provienen del estrés.

¿Cuándo pasa a ser una enfermedad?

Cuando no descansamos, cuando estamos siempre en estado de alerta y alterados de una forma que no es sana, porque no encontramos momentos para descansar. Incluso hay personas que tienen stresslanxing (cuando hasta descansar te hace sentir estresado). Tenemos trabajos que nos provocan situaciones límite y estamos constantemente alterados.

¿Qué síntomas presentan las personas estresadas? ¿Cómo reconocerlas?

De las 14 entrevistas que se publican en el libro hay una de un farmacéutico en la que dice que, sobre todo, desde el covid, está habiendo muchos problemas gástricos; pero el segundo problema es emocional: tristeza, irritabilidad, muchísima crispación... Hay señales que nos pueden poner en alerta, como los dolores musculares, de cabeza, cutáneos, la caída del cabello, eczemas, incluso ictus y derrames cerebrales que, muchas veces, no se achacan al estrés, aunque sí sean debidos a él. Por eso se dice que el estrés no mata, que lo que te mata es el problema que te ha producido el estrés. 

En una sociedad de la inmediatez, ¿es posible vivir sin estrés?

Sí. El tema es que el pensamiento nos lleva a la emoción, la emoción a la acción y ésta al resultado. Si pensamos en negativo siempre, que no vamos a llegar a todo, es cuando aparece el estrés. Pero si pienso en positivo, en lo que he conseguido, sé que soy capaz. Sacamos más fuerza y fortaleza cuando pensamos en positivo. Se puede vivir sin estrés, pero nunca nos han enseñado a gestionar nuestros pensamientos, con lo cual vamos como pollos sin cabeza.

Resultados rápidos, agobios, fines de semana repletos de cosas… ¿Esto es actividad o es puro estrés?

Es estrés. Se está queriendo ocupar nuestro tiempo constantemente con cosas que hace que tengamos una presión tan alta que nos estresamos. Eso nos pasa con los hobbies; nos metemos en uno para disfrutar, se nos pasa el tiempo sin darnos cuenta, y salimos con más energía. Esto nos puede ocurrir en cualquier situación. En el trabajo también. El tema es saber cómo gestionarlo. 

Aun así, el estrés suele pasar desapercibido, ¿por qué cree que nos lo autoocultamos?

Estamos habituándonos a una sociedad de la inmediatez, del hacer todo rápido y muchas cosas a la vez. Esto genera una forma de funcionar, un hábito de hacer de forma inconsciente, porque cuando se hace consciente deja de ser un hábito y pasa a ser una elección. Al actuar con hábitos funcionamos inconscientemente con piloto automático y lo peor es que cada vez generamos más hábitos de estrés. Lo vemos en los jóvenes, cada día presentan más problemas de estrés y mentales. Antes no teníamos tanto estrés, pero hoy el 65% de la sociedad lo sufre.

¿Qué tendríamos que introducir en nuestra vida para cortar ese estrés descontrolado?

Actividades que nos hagan disfrutar y desconectar. Bailar, por ejemplo, es una actividad que nos hace reír, relajarnos, y eso es un buen antídoto contra el estrés. Otros ejercicios muy sencillos como el saber respirar también van muy bien. Cuando estamos estresados respiramos con la parte superior del tórax, una zona conectada al sistema nervioso simpático, que es la que nos activa. 

¿Respirar bien ayuda contra el estrés?

Respirar con la parte inferior de los pulmones, esa que nos hincha la tripa, hace que estemos activando el sistema parasimpático, que es el sistema de relajación. Es tan sencillo como saber respirar. Con cinco minutos de respiración abdominal conseguimos relajar todos nuestros sistemas internos y conseguimos que todo el cuerpo entre en coherencia cardíaca. Caminar nos desconecta muchísimo, vamos a un ritmo constante porque hace que nuestro cuerpo respire a ese ritmo.

¿Sin el acicate del estrés no caeríamos en una cierta apatía?

El estrés es necesario y es bueno, los picos de estrés nos activan, y sin esta activación estaríamos aburridos. El problema es cuando es constante. De hecho, las personas aburridas también sufren estrés. Cuando alguien está sin trabajo o desmoralizado tiene estrés porque padece angustia, y si encima está sin energía eso le lleva a una depresión. Al empezar con el estrés estamos en una fase de alarma, luego pasamos a un estado de resistencia, para pasar a un estado de agotamiento y ahí podemos entrar en depresión. 

¿Cuáles son las claves para no ser un apático sin caer en las garras del estrés?

Un equilibrio. Lo primero es vivir con ilusión, porque si estamos apáticos es que no tenemos ilusión. Hay que recuperarla por lo que somos, por lo que hacemos, por las personas que tenemos alrededor. Después, cuando uno recupera la ilusión, lo que se tiene es ganas de hacer cosas, de salir... la ilusión nos da mucha más energía. El tema es qué requisitos nos pide nuestra cabeza de autoexigencia, de dar más de lo que podemos. Hay que buscar el equilibrio entre esa ilusión por vivir y ese pasarnos de vuelta por el nivel de exigencia, por las normas sociales que parece que nos exigen no parar a descansar porque no esta bien visto. Hay mucho estrés encubierto, la gran mayoría no sabe que tiene estrés. Lo ocultan para no sentirse juzgados, por miedo a que piensen que son débiles. 

¿Es lo mismo tener estrés, estar estresado y ser un estresado?

No. Si considero que soy un estresado estaré siempre con estrés, porque ya me he definido de una forma y viviré así. El que es un estresado no va a relajarse, porque tiene que vivir como una persona estresada en todo momento. No es lo mismo que tener en un momento dado estrés, que es una situación puntual y que cuando pase volveremos a estar tranquilos. 

Propone en su libro unos métodos para desenmascarar el estrés y convertirlo en aliado, ¿cuáles son?

El más importante, el pensamiento que nos lleva a la emoción, la emoción a la acción y la acción al resultado. Si pienso en el atasco, en que no voy a llegar, en que estoy muy angustiado, y me doy cuenta, entonces puedo dar la vuelta a estos pensamientos. Igual no puedo cambiar la situación, sin embargo, puedo relativizarla pensado por ejemplo que aunque no llegue no se va a acabar el mundo.

¿El estrés es individual, social, laboral…? ¿El medio también determina nuestro estrés?

Hay de todo. El medio no lo determina porque somos nosotros los que pensamos. Todos conocemos situaciones en las que hay dos personas que hacen lo mismo y una de ellas está estresada y la otra no. El medio influye, pero no condiciona.

QUIEN ES

Koro Cantabrana Ruiz de Larrinaga, donostiarra afincada en Iruña, dirige el Instituto del Estrés. Es periodista, escritora y coach desde hace más de veinte años. Colabora en diversos medios de comunicación, es autora de obras literarias colectivas y ha publicado cinco obras de manera individual, la última, Estrés encubierto, acerca de esta pandemia invisible que amenaza la vida de muchos.