La tuberculosis es una enfermedad contagiosa producida por una bacteria conocida como bacilo de Koch. En la mayoría de los casos, esta enfermedad afecta a los pulmones, pero puede afectar también a otras partes del cuerpo. Cuando se trata de tuberculosis pulmonar, los síntomas más característicos son tos, dolor en el pecho o esputos con sangre. Pero otras veces son más generales, como malestar, debilidad, pérdida de peso, fiebre y/o sudores nocturnos.
Se contagia de una persona a otra a través del aire, ya que las bacterias salen al aire de los pulmones o de la garganta, por medio de la tos o el estornudo. Por ello, las personas que están a su alrededor pueden respirar esta bacteria e infectarse.
La tuberculosis que se encuentra en otras partes del cuerpo, como los riñones o la columna dorsal, por lo general, no es contagiosa.
Muchas personas infectadas nunca desarrollan la enfermedad debido a que la bacteria se queda latente durante toda la vida sin causar la enfermedad. Pero en otras, especialmente las personas que tienen sistemas inmunológicos débiles, las bacterias se activan y pueden causar la enfermedad.
Para saber si una persona está contagiada de tuberculosis hay que apoyarse en la prueba de tuberculina en la piel. Consiste en introducir una sustancia, tuberculina, en el antebrazo y medir a las 48-72 horas la reacción que se produce. Si la infección ha sido muy reciente, la prueba puede ser falsamente negativa y por ello puede ser recomendable repetir la prueba algunas semanas más tarde.
Por otra parte, las personas vacunadas con BCG, es posible que tengan una reacción positiva a la prueba de tuberculina.
Para diagnosticar la enfermedad se utilizan también, entre otras pruebas, la radiografía de tórax o el análisis de muestras de esputo. Tanto las personas con tuberculosis latente, consecuencia de una infección reciente, como las que han desarrollado la enfermedad, deben tomar tratamiento.
¿Se puede tratar la tuberculosis?
La tuberculosis es una enfermedad tratable y se puede curar si se toma regularmente y sin interrupción el ciclo completo de los medicamentos prescritos.
La medicina que frecuentemente se usa para el tratamiento de la infección latente de tuberculosis se llama isoniazida o INH y debe tomarse durante 6-9 meses.
Si hay que tratar la enfermedad se utilizan diferentes fármacos que hay que tomar al mismo tiempo durante al menos 6 meses, para que sea mayor la probabilidad de matar todas las bacterias y evitar que se hagan resistentes.