ESTAMOS en los llanos de Irati, rodeados por una de las mayores reservas forestales de Europa y un auténtico tesoro natural. Una apretada alfombra de hayedos y abetales se extiende sobre su superficie ceñuda, de la que brotan pequeños oasis en forma de praderas. La selva de Irati no deja de sorprendernos por mucho que tratemos de conocerla. Blanca e impoluta durante los meses más fríos del año, se viste de descarado de brillo en primavera, regala frescor durante el estío y es un espectáculo de color con la llegada del otoño.

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Comenzamos a caminar en un delicioso rincón junto al arroyo, escondido en un repliegue del terreno bajo una loma verde, junto al bar restaurante Le Kayolar, nombre que se refiere a las majadas pastoriles en Irati. Caminamos a orillas de la regata que fluye placentera y pronto llegamos a la cabaña de un pastor que vende un queso elaborado de manera artesanal, por lo que cada uno tiene su propia textura y sabor. Por la derecha de la cabaña se abre un ancho pasillo herboso que discurre entre las dos lomas que se elevan tras la majada. El camino asoma sobre el pequeño embalse que ocupa la parte baja de los llanos de Cize. Avanzamos sobre la orilla del humedal, junto a las aguas del pequeño embalse que ocupa la parte baja de la llanura.

Pasamos junto a la turbera de Pente, en lo más profundo de una antigua cubeta glaciar. Durante años las turberas y zonas húmedas han sido consideradas lugares insalubres, inquietantes y peligrosos. A medio camino entre el mundo terrestre y el acuático, son una importante reserva de vida. Son abundantes en la zona de Irati, cruzaremos junto a otra en el camino de regreso desde el collado de Surzai.

Atravesamos zonas húmedas entre los helechos y remontamos el arroyo frente al Chalé de Iraty-Cize, un bar-restaurante en la carretera que subre hacia el collado de Burdinkurutzeta.

Obviamos el puente de madera y remontamos por la izquierda del tierno caudal, por el fondo de la húmeda vaguada, auspiciada por la regata de Burdinkurutzeta. Remontamos el arroyo por un sendero que cruza repetidamente sobre las aguas y se adentra a la sombra del hayedo.

22 min | 1.050 m | 1,6 km

Ganamos momentáneamente altura sobre el cauce y asomamos a una cabaña de paredes encaladas. Por encima de la cabaña, el camino se bifurca. Tomamos el ramal de la izquierda que avanza por encima del arroyo entre brezales.

30 min | 1.093 m | 2,1 km

Un breve descenso nos invita a cruzar de nuevo el arroyo en las cercanías de las cabañas de Muluchelene. Ahora remontamos el ancho camino que asciende por la ladera. La pista traza una cerrada curva a la izquierda para salir a la carretera. Abandonamos la pista y seguimos el leve sendero que sigue por la vaguada. Entre un caos de rocas conglomeradas que salpican la barranca, nace un sendero que remonta a media ladera hasta las inmediaciones del puerto de Burdinkurutzeta.

45 min | 1.179 m | 3 km

Sin tocar la carretera, seguimos un ancho camino de hierba que discurre por encima de la estrecha vaguada. Ascendemos una cuesta y pasamos junto a un abrevadero para el ganado.

55 min | 1.240 m | 3,4 km

Remontamos la ladera por una zona de gleras deleznables y asomamos a un pequeño collado tras atravesar una grieta en el roquedo junto a un depósito de aguas. Por la izquierda, el cordal asciende sin dificultad hacia la cumbre de Saroberri. Aquí nace un sendero que sesga la vertiente oeste de Saroberri en dirección sur y llanea cómodamente sobre las pendientes laderas cubiertas de herbazales que descienden impetuosas hacia las profundidades del barranco de Gasnategi. Ambas rutas, la que sesga la ladera oeste y la de la cumbre, se reunen en el collado sur.

1 h 22 min | 1.130 m | 5,2 km

Asomamos a las doradas praderas y descendemos hasta la cabaña aposentada a orillas de la estrecha carretera que cruza el collado de Surzai camino de Ezterenzubi. Todas las mañanas de verano recogen aquí el ganado para el ordeño. Cerca de la cabaña, mimetizado entre los prados, está el crómlech de Surzai.

Frente a nosotros se alza la cumbre de Okabe una amplia y llana meseta que asoma sobre las copas de los árboles. Sobre su pelado lomo anida la necrópolis prehistórica más importante de Euskal Herria, una veintena de crómlechs repartidos entorno a los llanos de Illarrita.

1 h 30 min | 1.120 m | 5,9 km

Seguimos la carretera a la izquierda y descendemos por ella. Obviamos el primer señalizador y buscamos una segunda baliza. Dejamos el asfalto y seguimos un sendero, marcado en amarillo, que, por la izquierda, comienza el descenso. Cruzamos un terreno turboso y saltamos sobre pequeños arroyos entre los brezales.

Bajamos en diagonal una ladera cubierta de helechos y nos adentramos en el hayedo. Descendemos por el mágico bosque y nos arrimamos al arroyo de Surzai, un rincón ideal para refrescarnos en alguna poza.

1 h 55 min | 1.013 m | 8 km

Por el interior del bosque, hasta los luminosos pastos en las inmediaciones del bar-restaurante El Kayolar.

Saroberri por el collado de Burdinkurutzeta y la majada de Surzai

Saroberri por el collado de Burdinkurutzeta y la majada de Surzai © SUA EDIZIOAK

Guía práctica

Distancia: 8 km.

Duración: 2 h

Desnivel: 300 m.

 Dificultad: Fácil. Debemos aprovisionarnos de agua antes de comenzar el itinerario.

Cartografía: Irati. Escala 1:25.000. Sua Edizioak.

Cómo llegar: Iniciamos la caminata en los llanos de Irati (Iraty Cize o Plateau du Iraty) cruce de las carreteras provenientes de Esterenzubi (por el collado de Artaburu), Donibane Garazi (por el collado de Burdinkurutzeta) y Larrañe (por el collado de Bagargi).


Rutas por Euskal herria

Paseos del libro ‘Rutas singulares con hamaiketako’ de Alberto Muro