BICADO al norte de Nafarroa, en el oeste de la cordillera Pirenaica, el Valle de Baztan es apreciado por su idílico paisaje, su verde manto salpicado de pueblos y baserris, la suavidad de su clima, la gastronomía y su secular importancia como enclave histórico y cultural. Cuna del euskera, se disfrutan sus hayedos, barrancos, cuevas, regatas e hitos prehistóricos con la llegada del buen tiempo en una ruta de un día.

Visit Navarra propone conocer esta tierra de artesanos, agotes, indianos, palacios señoriales, hidalgos, aventureros y contrabandistas, la llamada Suiza navarra, en periodo primaveral y estival, estaciones ideales para descubrir recorridos y senderos, y balcones llenos de flores ahora que los días se alargan.

La ruta guiada y a pie, para la que es necesario inscripción previa en la web turística, se inicia en Ziga, pequeño pueblo de postal con una iglesia, la de San Lorenzo, de gran envergadura, a la que se accede subiendo desde una plaza con bonitos caserones de ventanas repletas de flores. Cerca del pueblo, a través de un cómodo acceso, aparece el mirador de Ziga, que ofrece unas vistas y fotos estupendas del valle.

El paseo prosigue hasta llegar a las cuevas de Urdazubi/Urdax, en formación desde hace varios cientos de miles de años gracias a la erosión del río Urtxume. Allí se ofrece una enorme colección de estalactitas y estalagmitas, y grandes salas excavadas en la roca llenas de silencio.

La ruta, enfilando al norte, llega después a Zugarramurdi, el pueblo de las brujas, donde fantasía y realidad se mezclan en un apasionante viaje a través del tiempo visitando sus cuevas. Quien desee que su experiencia sobre brujas, akelarres y cultos paganos sea completa, puede visitar el Museo de las Brujas, situado en el casco urbano.

elizondo, la capital

Y para cerrar la ruta hay que disfrutar de la capital del valle, Elizondo, a media hora de Zugarramurdi. Es una villa llena de palacetes y casas señoriales que reflejan la vida de aquellas personas que emigraron y después regresaron al Baztan. Como muestra, el palacio barroco de Arizkunenea, de 1730, actual Casa de Cultura de la localidad, en la que destacan su hermoso escudo y patio delantero.

No muy lejos se sitúa el Ayuntamiento, con su bonito porche, y la iglesia de Santiago, de estilo barroco, aunque lo mejor es callejear sin prisa por la calle Jaime Urrutia, detenerse ante las imponentes fachadas de sus casas o cruzar el puente de Txokoto, escenario de la trilogía literaria de Dolores Redondo, y contemplar las fachadas con flores que bordean el río Bidasoa antes de regresar a casa con chocolate y quesos del valle.