Nada más atravesar el desfiladero de Despeñaperros se abren al visitante la campiña jienense y los interminables olivares. Cerca de Vilches, uno de los primeros pueblos, María Jesús Gualda se hizo cargo del negocio familiar -una dehesa de 350 hectáreas en la que desde mediados del siglo XIX se cría el ganado bravo- y hace dos años remodeló las edificaciones y abrió un pequeño hotel rural de nueve habitaciones con el mismo nombre de la ganadería: El Añadío.
Las habitaciones, impecables y todas diferentes, se ubican en lo que fueron las antiguas viviendas de los mayorales y vaqueros, rehabilitadas de forma artesanal con los materiales del terreno, la piedra y la madera. Se abren a un patio típico de los cortijos andaluces en el que se cultivan frutales y hortalizas, mientras desde las ventanas de la parte trasera puede verse en libertad a los reyes de la finca, los toros del encaste Santa Coloma, nobles y pacíficos, que miran al visitante con curiosidad. Alrededor del toro gira toda la actividad de la finca y del hotel. Con todas las medidas de seguridad, el visitante puede recorrer.
El Añadío en vehículos 4x4 y participar, si lo desea, en las labores habituales del campo bravo: conocer las vacas nodrizas, sementales, becerros, toros y novillos, cabestros y caballos; los cercados, corrales, la plaza de tientas o los embarcaderos. Además, ofrece una amplia oferta de actividades de ocio, tanto individuales como para grupos o empresas, desde clases prácticas
de toreo hasta comidas camperas y fiestas flamencas. Pueden realizarse paseos a caballo con monitor, el donostiarra Carlos, paseos en coche de caballos, clases prácticas de salto, monta clásica y vaquera o hipoterapia. Como actividades en la naturaleza, el hotel oferta alquiler de bicicletas, senderismo, piragüismo, tiro con arco, cacerías en temporada, y observaciones ornitológicas y astrológicas, entre otras. En el apartado gastronómico, El Añadío ofrece comida tradicional andaluza que prepara Ramona, tan buena cocinera como amable conversadora. Hay un comedor cubierto, pero también se puede desayunar o cenar en el porche, e incluso realizar comidas camperas. Todas las ventajas de la vida en el campo, pero con las comodidades de hoy, piscina incluida, y un escrupuloso respeto medioambiental que se plasma en la utilización de energías renovables, biomasa y solar, y la depuración de todas las aguas por medios biológicos (no se utilizan productos químicos) para el riego de jardines, huertos y pastos.
El Añadío está muy cerca de algunos de los lugares más interesantes de Jaén, apenas a 15 kilómetros de La Carolina, 20 de Linares y poco más de 30 de Úbeda y Baeza, las dos ciudades Patrimonio de la Humanidad, de visita imprescindible. Si se desea, el hotel puede organizar visitas turísticas a todos estos lugares y a otros algo más alejados como Andújar y sus baños árabes o la Sierra de Cazorla.