Las disputas vecinales suelen llegar por ruidos, olores, fiestas a horas intempestivas, filtraciones de agua, excrementos de animales en zonas comunes, etcétera. Pero a un jubilado de Elda (Alicante) de 77 años lo ha denunciado un vecino por algo muchísimo más extraño: por domar y criar una salamandra en su casa.

Juan Romero, el denunciado, no sabe con certeza quién es el denunciante, aunque más o menos tiene una idea. Lo que no se esperaba es que esa denuncia, por algo que él niega haber hecho, tuviera algo de recorrido. De hecho, el departamento de Protección Animal del Ayuntamiento de Elda abrió un expediente y envió a su casa a dos agentes de la Policía Local para tratar de localizar al animal, aunque no encontró nada. Eso sí, le concedió diez días para tomar las medidas necesarias para dejar de molestar a su vecino.

Romero, que en un principio pensó que era una broma, puede enfrentarse a una multa de entre 30 y 300 euros, aunque según las autoridades a las que ha consultado la denuncia no prosperará y no recibirá sanción alguna, ya que además el informe policial le favorece. “Puede ser que esta persona juegue con la salamandra pero de ahí a que tenga la posibilidad de ponerlas a criar es casi imposible. Además, durante el periodo de verano estos reptiles suelen aparecer con mucha facilidad en balcones y ventanas para alimentarse", dice el atestado.

El jubilado, además, quiere resaltar que ni siquiera se trata de una salamandra, sino que es una salamanquesa, un reptil beneficioso para los hogares ya que, además de ser inofensivo para el ser humano, come mosquitos y cucarachas. Por lo que pide que se anule la denuncia. “¿Cómo puede alguien acusarme de que yo las crío? No es una mascota que se pueda domesticar por su carácter silvestre y huidizo".

Romero, que no entiende que las autoridades hayan dado credibilidad a semejante denuncia, asegura que su balcón da a una farola, en torno a la que revolotean diferentes insectos, lo que hace que sea un lugar idóneo para las salamanquesas para obtener alimento, pero que él no las encierra en su casa porque le gustan los animales en libertad.