Dos antiguos trabajadores de la prisión de Oklahoma y su supervisor se enfrentan a cargos por un delito menor de crueldad después que una investigación desvelase que habían obligado a varios internos a permanecer de pie esposados durante horas mientras escuchaban la canción infantil Baby Shark (El bebé tiburón) en bucle, según informó la semana pasada el fiscal.

El episodio se repitió al menos cinco veces con cinco internos, cada uno por separado. En todos los casos se les esposó con las manos a la espalda y se les tuvo de pie contra una pared mientras sonaba la canción, repetida una y otra vez, a gran volumen y durante horas, según recogen los diarios The Oklahoman y The New York Times. El fiscal del caso ha presentado los cargos por delito menor de crueldad contra dos exempleados de la cárcel del condado de Oklahoma, ambos de 21 años, y contra su supervisor, de 50.

“Ha sido muy desafortunado que no haya podido encontrar una figura jurídica que encaje en este escenario de los hechos”, señalael fiscal de distrito, David Prater. También señaló que los dos trabajadores de prisiones actuaron “de manera incorrecta, conjunta y a propósito” y de un modo “cruel o inhumano” cuando sometían a los presos al castigo.

La repetición de la melodía supuso un “estrés emocional indebido en los internos, que ya estaban sufriendo con toda probabilidad” por estar esposados contra la pared. Se les acusa de imponer la disciplina y a su superior de estar al corriente pero no hacer nada. Los primeros renunciaron a su puesto en una investigación interna y el supervisor se ha jubilado, ha detallado el sheriff, P. D. Taylor.