En los últimos minutos de la comisión parlamentaria que se ha celebrado este lunes para desgranar los Presupuestos del año que viene, una frase del PP sirvió para ilustrar hasta dónde han elevado el listón los partidos a la hora de negociar con el Gobierno vasco. “El problema es de modelo, no de si una partida tiene más dinero o no”, sentenciaba Álvaro Gotxi. La frase encierra grandes expectativas en estas conversaciones pero, sin embargo, va dirigida a un Ejecutivo PNV-PSE que cuenta con una mayoría absoluta y no realiza este ejercicio por necesidad de apoyos, ni tiene por tanto la necesidad de renunciar a su programa con cesiones estructurales. Pero las palabras del PP resumieron con precisión el cariz que tomaron las intervenciones de la oposición tras la presentación inicial del proyecto a cargo del consejero Noël d’Anjou, y enfrían por ahora la posibilidad de alcanzar un acuerdo.
Las críticas fueron globales y de modelo. El PP cuestionó la deuda. Sumar criticó una de las principales decisiones estratégicas que ha tomado el Gobierno vasco, elevar la partida de Seguridad hasta el punto de duplicar la de Vivienda, como criticó Jon Hernández. EH Bildu negó de saque que los Presupuestos sean expansivos en términos reales, y quiso hacer constar que Vivienda y Seguridad crecen a costa de recortar Juventud o Gobernanza a pesar de que esté pendiente “el reto de la digitalización”. Pero las enmiendas parciales que registró la propia Bildu el año pasado para los Presupuestos vigentes restaban fondos al Gobierno del dato.
Mensaje de estabilidad en tiempos de "borrasca"
D’Anjou abrió este lunes la ronda de comparecencias de los consejeros para detallar las cifras de sus departamentos. Como consejero de Hacienda, en cualquier caso, realizó una presentación más amplia sobre las prioridades. El proyecto fue aprobado la semana pasada en Consejo de Gobierno, y ya entonces se conoció que el Presupuesto ordinario asciende a 16.378 millones, un 4,1% más que el aprobado el año pasado en Consejo. Se suman a ese monto los 935 millones de la alianza financiera. Salud y Educación acaparan el 53% de las Cuentas, y el mayor incremento se registra en Vivienda (que dispondrá de 482 millones) y Seguridad (849). La consigna política es que las prioridades de la ciudadanía son tener un techo donde desarrollar su proyecto de vida, y poder caminar con tranquilidad por las calles.
D’Anjou reivindicó este lunes que tener un Presupuesto lanza un mensaje “positivo” al mundo en tiempos de incertidumbre y en plena “borrasca” internacional, añadió que no hay más que mirar alrededor para darse cuenta de que los estados español y francés no tienen Cuentas, y recordó que la estabilidad beneficia a las familias y genera un clima de “confianza” para estimular la inversión de las empresas. Aunque PNV y PSE tienen mayoría absoluta, D’Anjou repitió que, cuando acaben las comparecencias este jueves, iniciará una ronda con todos los partidos salvo Vox, tras los contactos preliminares en verano. “No hay condiciones previas”, aclaró, aunque pidió “altura de miras”, “voluntad política”, y dejar a un lado el “partidismo”. Admitió que habrá que “asumir riesgos”, pero todo será para lanzar un mensaje de estabilidad al mundo.
Las críticas de Otxandiano
La oposición le dio la réplica cuestionando el diseño general. Desde EH Bildu, Pello Otxandiano comenzó negando la mayor: dijo que los Presupuestos “no son expansivos en términos reales”. En segundo lugar, pidió que se hable de la fotografía completa y no se mencione de manera aislada que vivienda y seguridad suben para dar una imagen de opulencia, porque “existen recortes en otras áreas igualmente sensibles” como la de Juventud, la agricultura, o el departamento de Gobernanza, aunque haya que abordar el reto de la digitalización. Otxandiano trató de matizar que no era una crítica, sino que pretendía reflejar toda la fotografía. La propia EH Bildu, en sus enmiendas parciales del año pasado, propuso recortar la partida del Gobierno del dato a menos de la mitad (quería restar 34 millones), y también quiso suprimir varias partidas de Ejie, el equipo informático de la administración, pocos meses después del ciberataque que afectó a Osakidetza.
Otxandiano zanjó este lunes que las Cuentas “no son capaces de hacer frente a las necesidades actuales”, pero tampoco cree que sean eficaces para el futuro: cuestionó las previsiones económicas porque está sobrevolando una crisis industrial en Europa, y cuestionó la cantidad de fondos para educación porque cree que no bastan para afrontar el reto sociodemográfico de la integración. En cuanto al enredo de las reuniones preparatorias con el Gobierno vasco, que alimentó él mismo, admitió que tuvo una cita en julio y otra informal en la cafetería ya en otoño, pero sin que Lakua le ofreciera los datos concretos. Aún no se había celebrado el Consejo Vasco de Finanzas, le matizó D’Anjou.
PP y Sumar
Desde el PP, Álvaro Gotxi acusó al Gobierno de incumplir los límites de deuda y déficit, y le recriminó el “récord de altos cargos” mientras PNV y PSE tienen “fritos” a los vascos de pagar impuestos. Además, se refirió a los cerca de 300 millones que se prevé no ejecutar y preguntó a qué capítulos afectarán. D’Anjou le recordó que la deuda está dentro del marco pactado con el Estado en la Comisión del Concierto: “La situación está saneada, no vamos a hipotecar a la ciudadanía”.
Desde Sumar, Jon Hernández no se negó a hablar, pero adelantó que el acuerdo es “complicado”, y preguntó, para que nadie “pierda el tiempo”, si el Gobierno vasco tiene una mayor predisposición para negociar con la izquierda o con la derecha, una disyuntiva en la que D’Anjou no quiso entrar. El consejero aclaró que la cuestión es con qué expectativas acude cada uno, y si las críticas que se hacen al proyecto son globales o permiten negociar.
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