“A pesar del ruido ambiental en Madrid, ha llegado el momento de coger este toro por los cuernos y tirar hacia adelante”. El PNV cree que es la hora de pasar de las palabras a los hechos y concretar ya un nuevo estatus de autogobierno para Euskadi, un debate que lleva años sobrevolando sin llegar a aterrizar por las discrepancias entre los partidos sobre el reconocimiento nacional, el blindaje de las competencias o el derecho a decidir. Si el presidente del EBB anunciaba antes de las vacaciones que su intención era liderar una ronda de contactos con los partidos, este lunes ha confirmado que llamará a los presidentes y dirigentes de las formaciones vascas, salvo a Vox, y que esas conversaciones tendrán lugar a finales de este mes de septiembre y principios de octubre. Andoni Ortuzar cree que es el momento de rematar la jugada. Y da la sensación de que el PNV ha madurado bastante esta idea. De hecho, realizará las llamadas a finales de este mes porque, mientras tanto, espera que el Gobierno vasco apriete al Ejecutivo español para cerrar la carpeta anterior, el cumplimiento de las 29 transferencias del Estatuto de Gernika actual. En concreto, quiere acordar con el presidente Sánchez en un plazo de dos meses una “hoja de ruta clara” para cerrar el Estatuto, según explicó en Radio Euskadi. El PNV comienza a presionar porque el tiempo corre: precisamente en noviembre se habrá cumplido un año desde la firma del pacto de investidura que obligaba al Gobierno español a ceder todas las transferencias en dos años. Por tanto, en sentido estricto y salvo que se añada un tiempo de gracia, se está alcanzando el ecuador.

El PNV ya mostró antes de las vacaciones su intención de liderar el debate como partido más votado en las elecciones autonómicas de abril. De esa forma, cortocircuitó algunos movimientos de EH Bildu que no han tenido mayor recorrido. Pello Otxandiano había solicitado un canal de confianza bilateral con el lehendakari Pradales, lo que se interpretó desde algunos sectores como un intento de hacer valer la mayoría abertzale en el Parlamento Vasco y aislar al PSE. EH Bildu había anunciado también que activaría la Ponencia de Autogobierno en el Parlamento Vasco en otoño. Pero el PNV pondrá en marcha esta ronda, que podría ser discreta hasta que la discusión tome la forma suficiente como para llevar un texto al Parlamento. O podría ser que sus interlocutores le pidieran vehiculizar el debate desde el primer momento en la Cámara de Gasteiz y no empezar en un foro extraparlamentario a tejer confianzas. Por ahora, el planteamiento de Ortuzar es reunirse con los líderes de los partidos, y algunos no tienen escaño, como es el caso de él mismo, o de Arnaldo Otegi desde EH Bildu, y el secretario general de Sumar Mugimendua, Lander Martínez.

Otegi y Andueza

El propio Otegi confirmó este lunes en rueda de prensa que participará en la ronda de contactos, aunque el tono de su intervención dejó ver el nivel de rivalidad que existe con el PNV, con quien EH Bildu empata a 27 escaños. Otegi dejó caer que no iba a discutirle a Ortuzar quién tiene que liderar el proceso, pero en la práctica lo hizo al asegurar que EH Bildu es la principal fuerza abertzale del país (lo es en la suma con Nafarroa). Y le concedió que tiene que buscarse un acuerdo entre abertzales y no abertzales, pero enumeró una catarata de casos que reflejarían la mayoría abertzale en la comunidad autónoma vasca tanto en el Parlamento como a nivel sindical o de alcaldías.

Por parte del PSE, los socios de gobierno del PNV, fuentes de la Ejecutiva de Eneko Andueza consultadas por este periódico prefieren no aventurar nada hasta que se pronuncie el secretario general, pero avanzan que habrá reunión. Eso sí, mantienen que hay disparidad de criterios con el PNV en cuestiones como el derecho a decidir. 

Sobre el papel, el PSE es partidario de reconocer a Euskadi como nación, pero otra cuestión muy diferente es si esa cualidad lleva consigo el reconocimiento de unos derechos políticos o si es una cualidad puramente folclórica, de reconocimiento de una cultura y un idioma propios. El PNV sí cree que lleva aparejados el derecho a decidir y el blindaje de las competencias. El blindaje competencial se recoge como punto negociable en el acuerdo con Pedro Sánchez. El derecho a decidir es algo que no comparte el PSOE, pero quizás podría haber un resquicio, ya que ese mismo acuerdo PNV-Sánchez defiende que el marco que se acuerde “deberá responder a las demandas mayoritarias del Parlamento de Euskadi que, de acuerdo a lo establecido en el Estatuto de Gernika, representa legítimamente al pueblo vasco”. Es una referencia que conecta con el respeto a la voluntad de la ciudadanía vasca y con ese derecho a decidir. El PSE asumió los contenidos de este acuerdo al renovar el Gobierno de coalición con el PNV. Pero, en la legislatura previa al coronavirus, se desmarcó de los textos que alumbraron los juristas en el Parlamento Vasco porque incluían distintas formulaciones del derecho a decidir en votos discrepantes.

El planteamiento de Ortuzar y el aviso al PP

Ortuzar se limitó a exponer el calendario sin entrar en mayores detalles. “Yo me ofrecí como principal partido del país a hablar con el resto de fuerzas políticas para ver qué disposición tienen, cómo ven este tema en el fondo, pero también en la forma, en el calendario. A veces, aunque tengas claras las cosas, la coyuntura política o el momento no son los adecuados. Yo quiero buscar esa temperatura. Lo voy a hacer a finales de septiembre y principios de octubre, porque antes se supone que vamos a tener noticias de cómo va a ir el otro carril, cómo cerramos de una santa vez en Estatuto de Gernika. Hay prevista una Comisión Bilateral y una reunión del lehendakari con el presidente Sánchez y, cuando tengamos claro cómo va a ser el final del actual Estatuto, es el momento de empezar a hablar de cómo debiera ser el nuevo estatus. Se dan las condiciones en la política en Euskadi, pero también por la política en Madrid. Con dificultades, pero se dan las condiciones para que podamos hablar”, alentó.

Se refería al juego de mayorías en Gasteiz y en Madrid y la posibilidad de trenzar un acuerdo entre PNV, PSOE, EH Bildu y la izquierda confederal. Al PP no quiso dejarlo expresamente fuera y matizó que hará el “máximo esfuerzo” para que participe, pero avisó de que no puede “paralizar el proceso” porque la representación que le ha concedido la ciudadanía en las urnas no le da fuerza para tanto. 

Ortuzar añadió que le gustaría que entre septiembre y octubre estuviera sobre la mesa una “hoja de ruta clara” sobre cómo cerrar el Estatuto. “Hay que recordar que entre el PSOE y Sánchez y el PNV hay firmado un acuerdo por el que se tasaba en dos años el plazo para traer todas las competencias, y todas son todas. Los plazos ya han avanzado. Tenemos que fijar un calendario de trabajo serio y ponernos buru-belarri”, defendió.