El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, reconoció ayer martes que el Ministerio de Interior no comunicó ni a él a nadie de su equipo la supresión de la unidad de élite de la Guardia Civil denominada OCON-Sur, destinada a combatir el narcotráfico en Andalucía.

Aunque no quiso valorar si Fernando Grande-Marlaska se había equivocado al tomar esa decisión, sí se manifestó sobre la importancia de trabajar en conjunto contra los poderosos entramados que introducen la droga en el Estado a través del sur de la península.

“La fiscalía no es un órgano aislado”, dijo García Ortiz, y añadió: “hacemos un trabajo que hay que poner en valor conjuntamente. Todo operativo policial tiene un correlato fiscal y después judicial. Solo así funciona una buena cadena, en este caso, una buena cadena de persecución del delito”.

Lluvia de críticas

Aunque veladas, las críticas del fiscal general se unen a las muchas que está recibiendo el titular de Interior desde todos los ámbitos.

Familiares de los agentes que resultaron muertos el pasado viernes en Barbate al ser abordada por una narcolancha la Zodiac en la que patrullaban ha sido especialmente duras. La esposa de uno de ellos se negó a que Grande-Marlaska depositara en su féretro una condecoración a título póstumo.

También las asociaciones profesionales vienen pidiendo insistentemente su dimisión desde que se produjeron los hechos y le acusan de no proporcionarles medios adecuados para luchar contra el narcotráfico.

En el ámbito político, como cabía esperar, el PP está siendo especialmente duro en sus declaraciones contra el ministro. “Lo diré de forma breve, porque tampoco hay que darle muchas vueltas: Señor Marlaska, pida perdón y váyase. Señor Sánchez, pida perdón y céselo”, espetó ayer martes el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo al ministro y al presidente del Gobierno español.

Más allá de las palabras ácidas, los populares han presentado en el Senado una moción de reprobación. Se debatirá el próximo miércoles, 21 de febrero, y saldrá adelante gracias a la mayoría absoluta de los populares en la cámara alta.

En un tono menos duro, incluso la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, reconoció que “es una evidencia que hay que mejorar la lucha contra el narcotráfico y garantizar más medios y recursos a las fuerzas de seguridad”.

También la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, cargó contra Grande-Marlaska. “Hay decenas de razones para que no siga como ministro y, de hecho, nunca debió haber formado parte del Gobierno”, enfatizó.

El gobierno, al rescate

Ante la riada de comentarios negativos, el Gobierno ha escenificado el cierre de filas con el miembro del gabinete cuestionado.

“Si hay alguien perfectamente capacitado para hacer frente a este desafío es el ministro Marlaska”, afirmó la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, que añadió que Grande-Marlaska cuenta con toda la confianza de Pedro Sánchez.

Alegría defendió que el Gobierno ha demostrado su compromiso con las fuerzas y cuerpos de seguridad “no solo con palabras, sino con hechos como lo demuestra que se haya alcanzado un máximo histórico de 156.000 efectivos así como una subida del 38% en sus salarios”.

Así las cosas, la portavoz aseguró que el Ejecutivo de coalición seguirá trabajando “en la misma línea” que lo ha venido haciendo desde 2018 apostando por la mejora de las condiciones laborales y de los recursos materiales de los cuerpos y fuerzas de seguridad.