El rapero mallorquín Josep Miquel Arenas, conocido como Valtònyc, celebró ya en casa el retorno de su exilio pero consideró “una pena” que este haya sido posible “por la prescripción de la pena y no por la autocrítica del Estado español”. Según contó, durante sus seis años en Bélgica “tenía sueños recurrentes en los que cuando regresaba no había nadie esperándome, o la gente que me cruzaba por la calle no tenía cara y, cuando intentaba darles la vuelta, ellos me daban la espalda y me ignoraban”. Por tanto, admitió su emoción por “ver este recibimiento”, y es que una treintena de personas, entre familiares y amigos, le esperaban en la zona de llegadas del aeropuerto de Palma con una pancarta de Benvingut a casa, una estelada, banderas de Mallorca y republicanas. También agradeció a los medios su presencia para dar difusión a la noticia. “Es importante que se cubra la llegada del primer cantante condenado a prisión en Europa y en la historia de la democracia, entre comillas, en España”. Pero lamentó que él pueda volver como “un hombre libre” mientras el rapero Pablo Hasél continúa en prisión. En este sentido, puso en valor que “otros países como Bélgica sí hayan sido capaces de modificar su Código Penal y eliminar el delito de injurias a la Corona”.

Finalmente, confió en “pronto” poder reencontrarse con quienes ha compartido “exilio” en Bélgica, como el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont y pidió reflexionar sobre que, con la excusa de la protección, se vulneran derechos importantes”.