En un momento en el que Pedro Sánchez tiene que enfrentarse a una aritmética muy ajustada, el líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, no se decantó ayer por generar un clima propicio para el acuerdo, sino que menospreció a uno de los socios que va a necesitar para afrontar la investidura. La decisión del PNV de cerrar la puerta al popular Alberto Núñez Feijóo ha dado opciones a Sánchez de repetir como presidente español, pero Andueza restó valor a este portazo (“no le quedaba alternativa, el PNV no está para suicidarse”), presentó como una bilbainada que los jeltzales reivindiquen haber frenado a la derecha, y vino a decir que el grupo de Aitor Esteban tampoco está en condiciones de poner un precio elevado al socialista porque ha perdido votos en las elecciones: “No está para pedir mucho”.

Andueza, quien lidera un partido que a su vez es el socio minoritario del propio PNV en Euskadi, lanzó estos dardos en una entrevista concedida a Onda Vasca. Se refirió a la intención del presidente del EBB, Andoni Ortuzar, de exigir a Sánchez un planteamiento global sobre el encaje territorial de Euskadi o sobre el programa legislativo que se pretende desplegar. “Entiendo que, a la vista de los resultados electorales, quiera sacar la cabeza, pero no está para pedir mucho”, dijo. Sobre Feijóo, pidió a Ortuzar que “no se arrogue” haberlo frenado, porque “eso lo han hecho los 122 escaños que sacó el PSOE”. Cuando se le recordó que, si el PNV hubiera dicho sí a Feijóo, el PSOE no tendría opciones de investir a Sánchez, dijo: “El PNV no está para pedir, pero tampoco está para suicidarse. No le quedaba otra alternativa que decir que no”. “Que no se arrogue eso, porque sabemos que es de cerca de Bilbao, pero tampoco es del centro de Bilbao”, llegó a decir, queriendo trasladar que Ortuzar exagera.

Sobre el modelo territorial, no ocultó que se pueda adaptar, pero puso el foco en que “tenemos una Constitución que no va a permitir hacer nada de lo que van a exigir algunos nacionalistas”, y “tenemos unos niveles de autogobierno muy grandes”. Además, rechazó la posibilidad de que surja algún episodio de transfuguismo dentro del PSOE en la investidura. “Un socialista bueno jamás hará presidente a un presidente de derechas”, concluyó.