Con las mismas mariposas en el estómago que aquel 13 de junio de 2015, cuando levantó la makila de mando por primera vez; el mismo honor y responsabilidad, la misma alegría y el recuerdo, emocionado e inevitable, para los que no están... Y el compromiso, inmutable, de trabajar “sin descanso” por el bienestar de la ciudadanía. Juan Mari Aburto tomó ayer posesión de su cargo como alcalde de Bilbao por tercer mandato consecutivo y de nuevo con un acuerdo con el PSE, en un pleno en el que también se nombró a los 29 concejales de la nueva Corporación Municipal de esta nueva legislatura. Visiblemente emocionado, en sus primeras palabras reiteró su objetivo de “seguir gobernando la ciudad pensando en todas y todos, sin discriminar a nadie por su ideología, religión, sexo o raza. Aquí tenéis a vuestro alcalde, dispuesto a darlo todo por vosotros, sin dejar a nadie atrás”.

Como estaba previsto, el acuerdo con el PSE ha permitido que Aburto asuma de nuevo la Alcaldía de la villa, al sumar los doce concejales del PNV a los cinco del PSE, que garantizan la mayoría absoluta en un pleno compuesto por 29 concejales. La sorpresa la dio EH Bildu, que optó por votar en blanco y no a su candidata, María del Río, manteniendo su objetivo de conformar en “alternativa” al gobierno municipal pero siendo “realistas” de su presentación no contaba con los apoyos suficientes, según explicó la propia portavoz. Por su parte, tanto el PP como Elkarrekin Podemos dirigieron sus papeletas a sus cabezas de lista, Esther Martínez y Ana Viñals.

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Tras recibir la Medalla de la villa y la makila de mando, como símbolo de la autoridad que pasa a ostentar, Aburto se dirigió a las personas congregadas en el Salón de Plenos, un gran número de invitados, más de doscientos, representativos de la vida social, cultural y política de la ciudad que abarrotaron también el Salón Árabe. Las primeras palabras de un emocionado Aburto se dirigieron tanto a su formación como a su familia y sus amigos más íntimos, a los que agradeció su apoyo en los momentos más difícil –“sois el motor y la fuerza para que yo pueda estar hoy aquí”–, al personal que trabaja en el Consistorio y a los concejales que no repiten en sus cargos este mandato. Una legislatura más, Aburto se comprometió a convertirse en alcalde “de todos los bilbainos, de todos los barrios”, a través de una “dedicación plena, con proyectos y escuchando y compartiendo los problemas, las necesidades y, por supuesto, las ilusiones de las gentes de Bilbao”.

El no ha querido pasar por alto la elevada abstención el pasado 28 de mayo en la capital vizcaina –superior al 40%– que llevó a los jeltzales a dejarse en el camino más de 45.000 votos, poniéndose “ante el espejo la ciudadanía con humildad y autocrítica”. Entiende el primer edil que sus vecinos “quieren ser más escuchados y atendidos, y buscan más soluciones a sus situaciones concretas y a los problemas que más les preocupa en lo personal y como ciudad. Debemos esforzarnos para seguir manteniendo su confianza y apoyo, trabajando sin descanso por Bilbao”.

También reconoció que fueron los partidos que gobiernan los más castigados en las urnas – “la gestión es exigente y dura, y además desgasta”– pero, sobre todo, alertó de que esa baja participación ha permitido a Vox convertirse en el partido que más ha crecido en votos, superando ya los 5.000 en la capital vizcaina, “una realidad que a mí me echa para atrás como alcalde, ciudadano, demócrata y defensor de la igualdad de derechos y oportunidades”, admitió. Pese a que la abstención “es un derecho” advirtió de que “abre la puerta a quienes no tienen sentido democrático ni aportan soluciones ni propuestas de progreso y avance”.

Mano tendida a la oposición

Volvió a abrir su mano, además, a las portavoces de la oposición –EH Bildu, PP y Elkarrekin Podemos– para alcanzar acuerdos y trabajar de forma conjunta, con el objetivo de “hacer la vida más fácil a la ciudadanía, acordar medidas para erradicar problemas y concentrar esfuerzos en sacar adelante y con fuerza esta villa”. Frente a la imagen de “otros espacios políticos”, abogó por dar respuesta a la petición de los ciudadanos de aunar sus esfuerzos. “Os pido colaboración, no solo oposición; que Bilbao y sus gentes estén siempre por encima de cualquier diferencia”, invitó.

El alcalde reiteró sus tres prioridades para este mandato –las personas, los barrios y el desarrollo económico y el empleo–, con una mirada especial hacia la emancipación juvenil, los servicios públicos, la igualdad real, los planes especiales de Olabeaga o Artxanda, más espacio para los peatones, el emprendimiento, la atracción de talento, los rodajes o la implantación de un centro de inteligencia artificial en Zorrotzaurre.

Aburto finalizó su primera intervención como primer edil con unas palabras para la ciudadanía. “Aquí tenéis a vuestro alcalde, dispuesto a darlo todo por vosotras y vosotros, sin dejar a nadie atrás. Con rigor, firmeza, decisión y esfuerzo”, se presentó, “consciente de que el esfuerzo diario y la humildad para atender las necesidades e inquietudes de sus convecinos y para superar los grandes retos, pueden ser las mejores bases para construir un Bilbao cohesionado por dentro y modelo de transformación continua hacia el exterior”.