El próximo sábado, 1 de octubre, se cumplirá un año desde que Euskadi asumió la competencia penitenciaria, un periodo que el Gobierno vasco valora positivamente al tiempo que admite que asentar su propio modelo es un objetivo a largo plazo, que abarcará incluso varias legislaturas. Sin embargo, esa forma particular y novedosa de gestionar los centros penitenciarios ya empieza a calar, por ejemplo con la apuesta decidida por la reinserción de los presos, así como por el impulso de la justicia restaurativa entre reclusos y víctimas, otro de los ejes de la forma de hacer del Ejecutivo de Gasteiz.

Todo ello ha traslucido en la jornada de trabajo ‘Construyendo el modelo penitenciario de Euskadi’, celebrada en el Centro Penitenciario Araba (antes cárcel de Zaballa) y en cuyo transcurso se ha realizado el balance del primer aniversario de la asunción de esta competencia, que abarca también la prisión de Basauri y la de Martutene. La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha asegurado que esperaban que la asunción de esta competencia iba a ser “una travesía larga y difícil, no exenta de obstáculos, algunos esperados y otros ficticios e interesados; pero también comprometida e interesante a partes iguales”.

Durante su intervención en el acto, que ha contado con la presencia de todos los cargos y profesionales encargados de esta materia, ha explicado que el modelo penitenciario vasco se basa en el aumento de los regímenes de semilibertad de los internos, con los que “se consiguen mayores éxitos en la reinserción de las personas”. En cuanto a las cifras, hasta la fecha se han concedido 457 progresiones a tercer grado, 25 de ellas (un 5%) correspondientes a presos vinculados con ETA.

Trato individualizado

Los reclusos relacionados con la banda disuelta han ocupado, precisamente, el tramo final de su intervención, dado que sobre sus circunstancias recae una mayor atención mediática y son utilizados incluso con intereses políticos. Artolazabal ha descartado cualquier “excepcionalidad o tratamiento colectivo” en la relación con la población reclusa. Según ella, “ningún preso obtendrá beneficio o perjuicio alguno, sea de ETA o no”. De este modo, la totalidad de las progresiones de grado “se aprueban basándonos en los informes profesionales individualizados de las juntas de tratamiento y de los técnicos que tratan día a día con cada persona presa. Sean de ETA o no”, ha subrayado.

En su intervención, ha recordado que las víctimas ocupan un lugar central en esta dinámica, y relacionado con ello está la puesta en marcha de procesos restaurativos para víctimas y victimarios, que “en los próximos meses” fructificarán en la forma de talleres. Otro hito importante es la puesta en marcha, en un tiempo récord, de Aukerak, la Agencia Vasca de Inserción Laboral. La misma ha empleado hasta ahora a 331 personas (296 hombres y 35 mujeres) y ha firmado convenios de colaboración con nueve empresas externas que emplean a 150 personas.

El magistrado Jaime Tapia, asesor del Gobierno vasco, ha ejercido como moderador del encuentro, y también ha intervenido el director de Justicia, Eugenio Artetxe, que ha avanzado algunas de las intervenciones previstas como la mejora de las infraestructuras de los centros y la instalación de un sistema de información propio.

También ha apuntado la intención de suscribir convenios con la UNED y la UPV/EHU de cara a potenciar los estudios universitarios en las prisiones, y ha anunciado que el 18 de julio, Día Internacional de Nelson Mandela, quedará marcado como la jornada destinada a poner en valor el trabajo penitenciario. Hasta ahora se celebraba precisamente cada 26 de septiembre, día de La Merced, por lo que tras la jornada profesional se ha procedido a celebrar en las mismas instalaciones alavesas un acto institucional para conmemorarlo.