bilbao - El legado de Gregorio Ordóñez se hizo ayer presente en la Parte Vieja de Donostia a través del sentido homenaje que el Ayuntamiento de su ciudad le rindió, 25 años después de su muerte, ante al lugar en el que fue asesinado por un pistolero de ETA.

Unos emocionadísimos familiares, amigos y compañeros de partido del que fuera teniente alcalde de Donostia a principios de los años 90 protagonizaron este acto de recuerdo, que consistió en la colocación de una placa conmemorativa del crimen en la calle 31 de agosto, ante el restaurante La Cepa en el que fue asesinado. “Poner, aunque sea 25 años después, una placa aquí por Gregorio Ordóñez, en el corazón de San Sebastián, de verdad que es ponérsela a las más de 850 víctimas asesinadas por ETA”, explicó al término del acto su viuda, Ana Iribar. “Este recuerdo para Gregorio es inolvidable y quiere decir que la gente todavía le lleva en su corazón”, reconoció Iribar.

Los actos de homenaje arrancaron ayer en el cementerio de Polloe. Seguidamente, los familiares más próximos acudieron al Ayuntamiento donostiarra, donde el alcalde, Eneko Goia, les hizo entrega de una réplica de la placa conmemorativa.

A continuación, tuvo lugar la parte más emotiva del homenaje cuando ediles de todos los partidos (con la excepción de los ediles de EH Bildu por expreso deseo de la familia Ordóñez) repitieron el mismo trayecto que, partiendo del Ayuntamiento, hizo Gregorio para acudir al bar La Cepa el día en el que fue asesinado. “Ha sido como sacarse una espina”, afirmó el alcalde, Eneko Goia, que destacó que colocar la placa era “una catarsis que necesitaba la ciudad”. - DEIA