BILBAO. En declaraciones a Onda Vasca, recogidas por Europa Press, Landa ha advertido de que "uno no puede quedarse con unas vulneraciones y no con otras" y ha defendido que "si hay violaciones de derechos humanos" éstas deben aparecer en el informe y "no se trata de hacer discurso político".
Tras señalar que la presión de las políticas antiterroristas ha generado una presión "sobre la indivisibilidad de los derechos humanos que llaman equidistancia", ha advertido de que "uno no puede quedarse con unas vulneraciones y no con otras", algo que ha sucedió y que trajo consigo la creación de "jerarquías, divisiones y un discurso político" que los autores del informe han "intentado evitar".
"Las políticas de acompañamiento a las victimas se han edificado según el autor y hay que mirar a los hechos. Lo que no se puede hacer es mirar a la autoría para discriminar", ha considerado.
Asimismo, ha reconocido que desde la Secretaría de Paz y Convivencia del Gobierno vasco marcaron la fecha de 1960 como inicio del informe porque ha sido "referencial respecto de la legislación de acompañamiento a las víctimas del terrorismo y porque yendo hacia atrás las dificultades para recopilar datos era mayor".
"No es que se considere que no hubiera antes conculcaciones de derechos, sino que no somos capaces por el momento de decir nada con cierta base, aunque reconocemos que conviene de 1960 hasta la Guerra Civil investigar y fusionar con el recorrido posterior", ha defendido.
En este sentido, ha reconocido que las dudas a la hora de incluir casos en el informe no se han dado tanto "en el núcleo duro de la actividad de ETA, porque ha habido una administración de Justicia que lo ha registrado", sino en materia de actuaciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. "Por una parte hay actuaciones de uniformados y luego hay una actuación dirigida a través de organismos parapoliciales", ha añadido.
Asimismo, ha considerado que de haber un consenso entre grupos lo ideal seria que "en un periodo corto, que pueden ser dos legislaturas o como máximo una década, se pudiera poner encima de la mesa lo que ha pasado".
"En las comisiones de la verdad a nivel de internacional se pone un periodo de tiempo en el que no se hace toda la verdad pero si lo esencial", ha recordado.