Síguenos en redes sociales:

"Mi caída de las listas del 20-N es solo un traspié"

El 'popular' De Arístegui ha ejercido de diputado en Madrid desde el año 2000

"Mi caída de las listas del 20-N es solo un traspié"Foto: Deia

Bilbao

AUNQUE nacido en Madrid "por el trabajo de mi padre", el diplomático Pedro Manuel de Arístegui y Petit, Gustavo de Arístegui (Madrid 1963) presume de ser un vasco de pro. "Mi padre está enterrado en Irun, al igual que toda la familia. Mis tíos y mis primos viven entre Irun, Hondarribia, Oiar-tzun...". "Nosotros somos guipuzcoanos, lo llevamos muy a gala y ejercemos como tales, aunque mis hermanos hayan nacido todos fuera porque mi padre estaba destinado en Estados Unidos, Líbano o Puerto Rico", justifica.

En el año 2000 se presentó como candidato a diputado por Gipuzkoa en las listas del PP, cargo que obtuvo. En 2004 renovó su acta, esta vez por Ciudad Real, y de nuevo repitió en 2008, aunque en esta ocasión por Zamora. De Arístegui atribuye estos cambios de circunscripción a "cosas de la política". "Eso no es infrecuente y pasa en muchos países del mundo. En el año 2000 sacamos dos escaños excepcionalmente, pero luego el partido no quería arriesgarse a que yo no saliese y me dio una cabecera de lista en otra parte. Son las ventajas de estar en un partido nacional, pero mi ilusión sería volver a ser candidato por mi tierra, el País Vasco", explica.

En las tres legislaturas que ha permanecido en el Congreso ha sido portavoz de Exteriores. Ha ejercido esa función durante once de los doce años que ha trabajado en la Cámara. "Soy diplomático de carrera. Llevo dedicado a cuestiones internacionales muchos años. Fui director del Gabinete del ministro de Interior entre 1996 y 2000, pero también en esos años estaba volcado en temas internacionales. Di el salto a la política desde la función pública porque consideraba que se podía hacer más. Ahora, aunque no vaya en las listas, sigo con lealtad al presidente de mi partido y estoy incondicionalmente a sus órdenes", clarifica.

El exportavoz no muestra resquemor por haberse caído de las listas este 20-N. "Son vicisitudes de la política. Lo cierto es que en Gipuzkoa hay un candidato de muchísimo arraigo que debía salir y, por circunstancias que no vienen al caso, me tocaba buscar un cambio de circunscripción electoral. La verdad es que me quedé sin margen de maniobra para encontrarlo. Por eso no es una tragedia. Puede ser un traspiés, pero tampoco le doy tanta importancia. Creo que se puede hacer política sin estar en las listas. La gente me pregunta si estoy irritado, pero no. Ni irritado ni cabreado, pero sí triste, porque soy de las personas que consideran que el centro de la política debe ser el Parlamento. Tengo más ilusión y ganas que nunca porque creo que la política es servicio a los ciudadanos te hayan votado o no te hayan votado", argumenta.

SU ACTA POR GIPUZKOA El diplomático resalta que para él "fue especialmente entrañable" ser diputado por Gipuzkoa, su tierra. "A pesar de que hubo momentos muy duros. Por ejemplo, cuando perdíamos a compañeros asesinados. Recuerdo el día en el que María San Gil, José Eugenio Aspiroz, la familia de Iruretagoyena y yo estábamos honrando la memoria de José Ignacio Iruretagoyena en el cementerio de Zarautz, justo frente a su tumba y, a la espalda, a 20 centímetros, teníamos una bomba potente que ETA había colocado y que estalló después de habernos marchado. Nos salvamos, de verdad, de milagro. Si no llega a ser porque el detonador, conectado a un teléfono móvil, falló, yo en este momento no le estaría hablando", relata.

"Fue impresionante ver después en televisión el estado en que quedó el cementerio cuando habíamos estado allí horas antes. A pesar de esos momentos, me quedan muy buenos recuerdos. En el año 2000 hice una campaña un poco sui generis. Era el número dos de la lista y me concentré en aquellos lugares del territorio donde sabía que había un voto dormido de centro derecha moderado. Y obtuvimos un resultado espectacular. Por primera vez en la historia del PP, fuimos la segunda fuerza política de Gipuzkoa y sacamos casi 80.000 votos. Estuvimos muy cerca del PNV, que fue la primera fuerza en aquella ocasión, y arrebatamos al PSE el segundo lugar", evoca.

Sin embargo, De Arístegui ve ahora esa barrera de votos casi utópica. "Las circunstancias políticas son muy distintas, pero la situación está abierta y podemos perfectamente volver a ser segunda fuerza en Gipuzkoa. No es imposible, aunque el objetivo es revalidar nuestra representación con el diputado que llevamos teniendo desde 1993 -con el paréntesis de los dos que lograron en 2000-. Porque, además, creo que hay un PP vasco ágil, moderno y renovado que puede tener una transversalidad social y política cada vez mayor, defendiendo nuestras ideas, pero haciéndolo de una manera atractiva para electores socialistas e incluso para nacionalistas moderados", dice.

Es cuando De Arístegui vuelve a proclamar su amor por el País Vasco y "por las ciudades a las que mi familia está más vinculada como Hondarribia, Irun, Donostia... Aparte de que yo, cada vez que tengo un rato libre, me voy para allá. Fue de los primeros lugares a los que llevé a mi mujer que, siendo extranjera, no había estado jamás en el País Vasco y se enamoró de Euskadi nada más poner los pies allí", sentencia.