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Más vale tarde que nunca

Ekaitz Saralegi alcanza las semifinales del Cuatro y Medio por primera vez en su vida deportiva a los 34 añosTumbó ayer en el Astelena de Eibar a Mikel Idoate, al que no se le notó nada cómodo

Más vale tarde que nuncaJavier Colmenero

SARALEGI 22-17 IDOATE

Duración: 1h 01:18 minutos de juego; 12:34 minutos de juego real.

Saques: 4 de Saralegi (tantos 6, 13, 14 y 18) y 3 de Idoate (tantos 9, 11 y 13).

Faltas de saque: 2 de Idoate.

Pasas del Cuatro y Medio: 1 de Idoate.

Pelotazos: 283 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 11 de Saralegi y 10 de Idoate.

Errores: 4 de Saralegi y 4 de Idoate.

Marcador: 0-1, 1-1, 3-2, 4-3, 4-4, 5-7, 8-8, 9-11, 15-12, 16-14, 20-15, 21-17 y 22-17.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Aratz Mendizabal (con Ekaitz Saralegi) y Jon Idoate (con su hermano Mikel Idoate).

Apuestas: De salida se cantaron posturas de 100 a 70 favorables a Idoate.

Incidencias: Partido correspondiente a la liguilla de cuartos de final del grupo 2 del Cuatro y Medio de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Astelena de Eibar. 500 espectadores.

eibar. Una explosión de júbilo reventó en el Astelena de Eibar cuando Ekaitz Saralegi alcanzó el cartón 22 arrimando una pelota después de sacar de su sitio a Mikel Idoate con el saque-remate. Retazos de especialista. De artista. Y un grito en tensión absoluta con las gradas ancladas en la idolatría de un guipuzcoano sin premios en la élite hasta ayer. Explotó volcánico el amezketarra porque había cristalizado un sueño que tardaba en llegar mucho tiempo, muchos años. Jamás había dispuesto Saralegi de la suerte de su lado. Siempre había pasado algo, siempre el destino apretaba el gatillo en su contra, siempre el calendario le trastocaba el panorama, enturbiándolo con gallos por el camino. Sin embargo, ayer en la cancha guipuzcoana, ante un pelotari rocoso y de corte complicado ante un pelotari artista al que podría ofrecerle resistencia un maratoniano del frontón, Ekaitz se exprimió y aprovechó todo lo que tenía en la mano, alargando hasta el máximo cada descanso, cada parada del juego, y también sus mejores armas: cruzar con la derecha y esperar con la izquierda cargada. Caviar en los cuadros alegres. También aprovechó dos faltas de saque en los momentos clave de Mikel. Así, el acierto fue el que decidió. Y las semifinales del Cuatro y Medio están a una semana, en el horizonte del genio amezketarra, que se medirá a Aimar Olaizola.

Al que no se le vio nada cómodo fue a Idoate. El txantrearra alcanzaba el encuentro tras las dudas generadas la pasada semana ante Oinatz Bengoetxea, donde cuajó un gran encuentro que se le escapó entre los dedos, y además frente a un adversario que ya le había ganado. Demasiada tela. Aun así, el planteamiento del delantero fue aseverar el encuentro. Poner cemento. Tratar de tumbar en el peloteo a Saralegi y buscar las líneas con la volea. Las pelotas, vivas, se prestaban a eliminar el horizonte en el dos. Pero Ekaitz, de todo menos frágil. Se mantuvo firme en un inicio complicado y duro. Empataron a uno, a tres y a cuatro y las sensaciones dictaban dos cosas: a Idoate le costaba hacer el tanto y a Ekaitz, no. Peaje físico y en el luminoso, lo que después pasaría factura.

Aun así, se estiró Idoate tras el abrazo en el cuarto cartón. Puesto al límite Saralegi hizo aguas. Exprimió la volea el txantrearra y expuso cargas de profundidad. Pero ni así. Se distanció hasta el 4-7 y entre el saque y el saque-remate, lo que a Mikel le costaba, a Saralegi le era fácil. El colorado empató (8-8) a costa de jugarse el físico -con el 5-7 ya habían pasado el centenar de pelotazos-. No duró. Idoate se volvió a escapar y llegó al 8-11.

Entonces, Mikel pasó un bache que fue una tortura hasta el final. Entre los descansos exagerados, las paradas, la magia de Ekaitz y un remate de Saralegi al txoko que los jueces dieron mala de Idoate al alcanzarla de forma más que dudosa, el amezketarra se escapó. Tacada de siete tantos. 15-11. Reaccionó con tiempo Idoate y buscó la dentellada alargando el tanto, ya que con el remate no se veía fresco. Puso ritmo y velocidad para estar a un centímetro de la igualdad. Y cuando estaba 15-14 cometió una falta de saque. Se fue de nuevo Saralegi hasta el 20 directo. Un gancho de Idoate cambió el rumbo. Se tiró a tumba abierta, agresivo y sin reservas a por la victoria el txantrearra. Incluso olió la reacción. Pero volvió a estrellarse contra sí mismo. Falta de saque con el 20-17. Demasiado regalo para Ekaitz. Más vale tarde...