Duración: 69:19 minutos de juego.
Saques: 2 de Barriola (tantos 4 y 8) y 3 de Urrutikoetxea (tantos 13, 16 y 20).
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 335 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 12 de Xala y 15 de Urrutikoetxea.
Errores: 4 de Xala y 3 de Urrutikoetxea.
Marcador: 1-1, 1-2, 2-7, 6-8, 7-9, 12-10, 13-11, 14-12, 15-16, 16-17, 17-17, 17-18, 17-22.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Aitor Zubieta (con Yves Xala) y Josetxu Areitio (con Mikel Urrutikoetxea).
Apuestas: De salida se cantaron posturas de doble a sencillo a favor de Xala.
Incidencias: Eliminatoria de octavos de final del Manomanista de la LEP.M
disputada en el frontón de Arrigorriaga. Buena entrada.
arrigorriaga. Un paso, pero a la vez un salto gigantesco. Kilométrico. Mikel Urrutikoetxea sacó ayer lo que tenía dentro para avanzar, para retratar de blanco lo que todo el mundo venía avanzando desde hacía unos cursos. "Mikel es manomanista", comentaban desde la cátedra. Por una cosa u otra, las circunstancias no habían sido propicias para que el zaratamoztarra desperezara su clase, su garrote y su técnica. Sin embargo, en Arrigorriaga, a dos kilómetros de casa asfaltados con las baldosas amarillas de la ilusión, Mikel derrotó a un superclase como es Yves Xala en un encuentro magnífico, duro y con mucha miga. Ya acuna dentro de sí la posibilidad de creérselo, que él está hecho para mandar, para residir entre los mejores, para gobernar con su poder a pelotaris que destacan en otras lides. En un encuentro complicadísimo de afrontar, Urrutikoetxea se liberó de los yugos de la presión para desnortar al zurdo de Lekuine, exquisito durante todo el encuentro, pero quizás desdibujado en el tramo final, cuando el guion pedía de su gancho adrenalínico y su volea dinamitera. No fue así, no pudo con Mikel cuando pintaban bastos y el abrazo a 17 insinuaba batalla tintada de colorado, puesto que el de Iparralde iba hacia arriba. Pero no, no fue así. El delantero vizcaino adoptó una pose casi gigantesca para amarrar con las cruzadas el aire de su contrincante, que no volvió a sumar, ahogado ante el despliegue de golpe de Urrutikoetxea.
Comenzó con una ventaja enorme el vizcaino, remando a favor de corriente (1-7). Mikel, que en los días previos ya se vio que andaba fresco con las dos manos a la hora de atrasar la pelota, desnudó a Xala en los cuadros largos, obligando a que se empleara fuera de su órbita de acción. Así, su táctica le condujo a buen puerto. A maniatar a Xala. Aun así, Yves no cedía, no abandonaba, la volea le salía con velocidad, con chispa, pero a la hora de pegar no estaba del todo cómodo. Así que Mikel aprovechó para distanciarse y poner tierra de por medio.
No obstante, ya se sabe que con pelotaris de la talla del lekuindarra, genial hasta en los momentos más difíciles, la palabra relajación vive enjaulada. Así que un pelotazo arriba de Mikel devolvió el saque al de Iparralde, que se puso serio. Buscó su suerte, la del bandido, la del artista, la del saque-remate, para desarbolar a un rival extremadamente serio que restó tan bien que obligó a Xala a lucirse en el peloteo para asomarse como letal cerca del frontis. De este modo, el zurdo levantó la diferencia con un camino precioso de los dos pelotaris.
Urrutikoetxea no cede Se fue Yves en el luminoso (12-9) una vez que se encontró cómodo y con opciones de atacar. Sin embargo, la mayor virtud de Mikel, que hizo un auténtico partidazo -Xala también-, fue la de no bajar los brazos. Se lo creyó y siguió a lo suyo. Alzó la cabeza. No se achantó. Hinchó el pecho. Su poder de convicción le llevó al triunfo. Pero también saber sufrir y abrazarse al sacrificio y a la pegada. Cruzó mucha pelota para poner contra las cuerdas a un defensor nato, que con el gancho hizo daño. Urrutikoetxea ganó y enamoró con un partido para enmarcar ante un rival de bandera. Un paso gigantesco: ahora se lo cree.