Jon Rahm fue ayer una de las víctimas del huracán que desató Matt Wallace en el Jumeirah Golf Estates de Dubái. El defensor del título hizo una notable vuelta de cinco golpes bajo par que, como muchas otras, pareció poca cosa en comparación con los 60 golpes, doce bajo par, del inglés, que firmó una actuación histórica en la tercera jornada del DP World Tour Championship: hizo nueve birdies seguidos en la segunda mitad de su vuelta, algo que nadie había hecho antes, e igualó el récord de birdies en una ronda. De esta manera, Wallace, llegando de ninguna parte y con un juego sublime, alcanzó el liderato en solitario con 16 bajo par a falta de 18 hoyos.

De esta manera, Rahm se mantiene a la misma distancia que le ha separado de la cabeza desde la primera vuelta. En el campo se desató un festival y en ese sentido el barrikoztarra se quedó un poco corto, algo que él mismo asumió después. Al contrario que el viernes, ayer le faltó dejar su bola más cerca en los golpes de aproximación y embocar tres o cuatro putts en que la bola frenó a unos pocos centímetros del agujero. En la primera mitad de la vuelta, solo pudo robar dos golpes a los dos pares 5 del hoyo 2 y 7, lo que le mantenía lejos del tono general de la jornada.

Tocaba apretar, pero la precisión en el juego no terminaba de acompañar por lo que Rahm no pudo enganchar una racha de birdies que le metiera de lleno en la pelea. En el 11, se anotó el tercero, en el 15 el cuarto y dejó para el final su mejor golpe del día. En el 18 su primer golpe se fue a la zona de árboles, en una mezcla de pinaza y arena que complicaba la ejecución del golpe. Salir de allí era muy complicado y más aún llevar la bola al green, pero para el barrikoztarra, no imposible. Luego lo explicó: “Tenía unos 220 metros y no había mucho que perder. Se trataba de buscar un hueco y cuanto más alto pegara, más había. Y luego pegarle bien para que hiciera la curva”.

Dicho y hecho, el número 3 del mundo golpeó, incluso algo taconada, y la bola voló con el vuelo previsto y salvó por unos metros el agua, un riesgo que Rahm también había contemplado. Desde el borde del green, estuvo a punto de embocar para eagle y salió con su quinto birdie para quitarse la espina de los dos días anteriores, en los que acabó con bogey.

“Esos dos golpes son los que más puedo echar de menos ahora mismo”, admitió el barrikoztarra, que se mostró admirado por la vuelta de Matt Wallace y convencido de que “aún se puede” recortar los cinco golpes de distancia y aspirar a su cuarta victoria en el DP World Tour Championship. “A ver si consigo que todo funcione al mismo tiempo y me acerco a veinte bajo par. Está complicado porque seguro que alguno de los que está por arriba puede hacer -6 o -7, pero no descarto nada”, apuntó. Curiosamente, de todos los jugadores que están estos días en Dubái el único que ha acabado por delante de Jon Rahm en el torneo ha sido Matt Wallace, que fue segundo en 2018 cuando el vizcaino concluyó cuarto.

Otaegui, apurado

Este año hay otra pelea paralela, que añade muchos alicientes a la última jornada del curso en el circuito europeo. Están en juego diez tarjetas para el PGA Tour y Adrián Otaegui sigue peleando por una de ellas. El donostiarra firmó ayer cuatro golpes bajo par, la mejor de la semana, pero necesita aún algo mejor para subir en la clasificación.

Tercera jornada

1. Matt Wallace -16

2. Tommy Fleetwood -15

2. Viktor Hovland -15

4. Jeff Winther -14

5. Ewen Ferguson -13

5. Nicolai Hojgaard -13

7. Matthieu Pavon -12

7. Jens Dantorp -12

9. Jon Rahm -11

9. Rasmus Hojgaard -11

31. Adrián Otaegui -5