LA victoria de Novak Djokovic en Roland Garros confirmó que su ansia ganadora es inagotable y aplazó de nuevo el cambio de guardia en el tenis mundial que se viene anunciando desde algún tiempo, pero que no acaba de llegar. La gran pregunta ahora mismo es cuántos Grand Slams más va a ganar el serbio, dado que su capacidad física se mantiene intacta y su fortaleza mental ejerce un poder de intimidación sobre sus rivales. Solo en el US Open de 2021, cuando buscaba llevarse los cuatro grandes en el mismo año y cayó en la final ante Daniil Medvedev, y antes en los Juegos de Tokio se vio al tenista de Belgrado ceder a la presión.

Desde 2020, Djokovic ha levantado siete de los trece grandes disputados. Se le escaparon los Roland Garros de 2020 y 2022, que fueron para Rafa Nadal; el US Open de 2020 que se anotó Dominik Thiem después de que el serbio fuera descalificado en octavos de final por dar un pelotazo a una juez de línea; el ya citado US Open de 2021; y el Abierto de Australia y el US Open del año pasado que no pudo disputar por su negativa a vacunarse y que se llevaron Nadal y Carlos Alcaraz, respectivamente. Wimbledon 2020 se canceló por la pandemia y podría haber caído también del lado de Djokovic.

La victoria del murciano en Nueva York podía parecer un aviso, pero el reciente duelo de semifinales de Roland Garros dejó claro que a Alcaraz aún le queda recorrido para cargar con el favoritismo en los duelos a cinco sets ante Djokovic. Será cuestión de tiempo que los chicos nacidos en el siglo XXI tomen el mando porque ese mismo tiempo ha atropellado a la generación anterior a la del jugador de El Palmar, a la que se han tragado el Big Three y sus coetáneos. Los jugadores nacidos en los años 90 del siglo pasado solo han ganado dos Grand Slams, esos de Thiem y Medvedev, y a ellos también se les va pasando el arroz sin que se conviertan en seria alternativa.

Libre de restricciones, Novak Djokovic siguió elevando su cuenta hasta esos ya míticos 23 títulos mayores al tiempo que Nadal, su principal rival, penaba y sigue penando por las lesiones. El ganador de Roland Garros ya advirtió de que no piensa parar, que en su cabeza no entra la palabra retirada y puso en Wimbledon su siguiente objetivo. Ya se había en la última gira de tierra que el tenista balcánico ni siquiera necesita brillar en los torneos previos a un Grand Slam para llegar en perfecto estado. Ahora, como otros años, se tomará un descanso y con unos pocos entrenamientos llegará a tope a la hierba londinense, donde suma cuatro victorias consecutivas. Su próximo reto es claro: igualar las ocho de Federer y desmentir que Wimbledon sea para especialistas en una superficie ultrarrápida.

Convertirse en el único jugador con 23 grandes es lo único que le faltaba a Novak Djokovic para tener todos los récord del tenis. Es el que más semanas ha estado al frente del ranking mundial, puesto que volvió a ocupar ayer desbancando a Alcaraz. Es el que más Masters 1000 ha ganado (38) y el único también que se ha apuntado los nueve torneos de esa categoría. Es el tenista con más títulos en las Finales ATP, igualado a seis con Federer. Y es, en definitiva, el jugador con mejor porcentaje de victorias en su carrera (83,4%) y con más títulos (94) entre los que siguen en activo. Lo bueno para él y malo para sus rivales es que no se le van debilidades ni a sus 36 años se le adivina un final cercano. O los demás espabilan o no sería raro que este año, en la segunda oportunidad, pueda levantar los cuatro Grand Slams.

De cara al año que viene, no se puede esperar otro regreso de Nadal al más alto nivel, por eso Novak Djokovic pondrá en su foco lo único que le falta para ser uno de los más grandes no solo del tenis, sino de la historia del deporte: el oro olímpico en los Juegos de París que se decidirá en Roland Garros, el mismo lugar donde el serbio ha vuelto hacer del éxito algo que parece rutinario.