Nunca antes me había decidido a escribir en esta sección donde a los lectores se nos concede la oportunidad de expresarnos en torno a temas que nos preocupan, y a veces también nos ‘ocupan’.

El motivo de que, por fin, me haya ‘lanzado’ ha sido precisamente la carta de otro ciudadano que se cuestionaba acerca de lo perjudicial que puede resultar para nuestro sistema sanitario (tan falto de personal) el que se valore tanto el euskera.

Una vez más me ‘pasmo’. No me reiteraré en que el euskera sigue siendo una lengua minoritaria y en riesgo de desaparición (me consta que a algunos les encantaría que eso sucediera). Ni siquiera hablaré del modo en que se le está ‘bombardeando’ desde distintos ámbitos. Y no me refiero solo al judicial.

Estoy aburrida de escuchar que si no sabes euskera no puedes trabajar (en este caso en Osakidetza). Estoy harta de estas y otras frases manidas cuando yo voy al hospital y es casi imposible que te atiendan un facultativo o una enfermera en euskera.

Parece que nadie tiene ningún problema en estudiar inglés, incluso ahora que los ingleses ya no están en la comunidad europea, y si te pones finés. Creo recordar que en 2012 fue a Finlandia una remesa de enfermeras vascas y tuvieron que aprenderlo porque es obligatorio. 

Examen de la OPE de Osakidetza, en una imagen de archivo. Borja Guerrero

Pero claro, el finés debe ser facilísimo de aprender y además aquí somos tontos de remate y no podemos con una lengua que se estudia en sitios como Alemania o Japón entre otros muchos lugares donde son listísimos.

Formación académica y euskera

Olvidándome de todo lo anterior solamente quisiera lanzar una pregunta. ¿Por qué dais por sentado que un médico o una enfermera euskaldun no puede tener, al menos, el mismo nivel académico que un erdaldun? Eso sin contar que puede atender a hablantes de las dos lenguas.

Soy licenciada superior y además de euskera y castellano y conocer otros idiomas tengo formación multidisciplinar.

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Mientras nos enredamos en ese tipo de falacias, derechos lingüísticos de miles de vascos se vulneran cada día. He escrito mi carta en lenguaje cervantino porque los euskaldunes como yo pueden prescindir del contenido de la misiva y al resto, si les hablo ‘en cristiano’, como decía la canción, quizás les resulte un poco más fácil de entender mi planteamiento.

Soy una apasionada militante de nuestra lengua que, lejos de considerarse un arma arrojadiza, debería ser un bien patrimonial de todos. Euskalduna naiz eta harro nago!