Joseba Iraola tiene ya el pie en el acelerador pensando en el arranque de la competición en marzo, con las pruebas del campeonato de España –en abril será el pistoletazo de salida para las europeas–, pero también mira por el retrovisor al recibir el premio al Deportista Vizcaino Internacional de 2022. El pasado año estuvo regado con once triunfos estatales para este bravo piloto de carreras de montaña, además de dos podios en el Europeo, en lo que fue el estreno de la escudería de Euskal Selekzioa.

“Es un balance muy positivo porque fue el primer año y teníamos ese miedo a lo nuevo… Piensas: Voy a ir por ahí a Europa con rivales muy duros y no sé qué va a pasar. Además, conocer los recorridos se nota mucho y a ti te pilla de nuevo, pero fue todo bien”, retrocede Iraola. En efecto, su periplo por el viejo continente lo situó entre los mejores. Las dudas previas, esos temores, se fueron quedando en la cuneta porque él fue devorando segundos al crono. En Rampa de Falperra (Portugal) saboreó un maravilloso segundo puesto y en St Ursanne-Les Rangiers (Suiza) volvió a subir al podio en una prueba que le fascinó. El único bache en su estreno con Euskal Selekzioa en el campeonato de Europa fueron “los problemas mecánicos tontos” que chafaron los planes. “Podríamos haber hecho cinco podios de cinco”, suspira. Pero ni siquiera eso empaña el gran año del piloto de Balmaseda.

Iraola, en el coche de la selección vasca. J. I.

Iraola piensa ya en los próximos desafíos: en marzo empezarán las carreras por España y en abril, por Europa, en una nueva aventura condicionada por los cambios que aterrizarán en 2024. “Es un año de transición porque el año que viene hay otro reglamento, estamos todos esperando a ver qué pasa. Todos los pilotos tenemos que comprar coche para 2024 y estamos un poco con la cabeza ahí”, reconoce.