JUAN del Campo (Mungia, 1994) tiene ambición. Kitzbühel es otro reto conseguido por el esquiador vizcaino. La pista austríaca es una de las más prestigiosas del mundo y quizás la más peligrosa. El mungiarra compitió ayer en la Copa del Mundo de Eslalon en la meca del esquí alpino, en la que en la prueba de Descenso, que se disputó el sábado, se citaron cerca de “100.000 espectadores”. “Es alucinante”, confiesa. Del Campo es el único esquiador vasco que se encuentra en la élite de la modalidad, compitiendo contra los auténticos gigantes de las citas invernales y, a estas alturas, se encuentra en mitad de su camino internacional, que, previsiblemente, acabará a finales de marzo con el fin de las competiciones: “Copa del Mundo, Copa de Europa y los Nacionales”. Su periplo comenzó en octubre, en Soelden, su debut, y ayer concretó otro de sus hitos. Uno de los marcados a fuego en el calendario de los amantes al esquí. “Cumplido. Ahora, me queda ganar aquí. A ver si llega”, confiesa el joven deportista vizcaino.

Aunque comenzó la temporada en el Gigante, le confirmaron el viernes que pasaría al Eslalon en Kitzbühel. La diferencia, explica Del Campo, reside en la distancia entre las puertas. “En el Gigante las diferencias son más amplias. En esta modalidad, por contra, todo se decide por décimas de segundo y entre puerta y puerta solo hay entre ocho y diez metros”, relata el de Mungia, que no tuvo suerte ayer pero valora la experiencia de modo positivo. “Me he salido en la primera manga y creo que nos hemos salido cincuenta en el mismo sitio. En el Eslalon hay dobles y triples, que son combinaciones de puertas con giros muy rápidos, que, en vez de estar a ocho o diez metros de distancia, están a seis. En este caso, lo han puesto en un sitio en el que hay un cambio de pendiente y si volabas bien podías caer bien y hacer bien los giros. En mi caso, he volado bien, pero uno de mis esquís se ha quedado enganchado con uno de los palos del trazado”, desvela el esquiador de Mungia, quien agrega que “la pista en sí es muy técnica. Ninguna curva era igual. En ningún momento teníamos circunstancias parecidas”. Además, se trata de una pista con riesgos: “Es hielo puro. Inyectan agua al trazado”.

Sobre la importancia de la cita en el almanaque invernal, Del Campo asegura que “ganar esta carrera es tener un sitio grabado en la historia del esquí mundial”. Asevera el vizcaino que “Kitzbühel es el templo. En el Descenso del sábado hubo 100.000 espectadores y en Eslalon tuvimos a 50.000 personas. Era alucinante. Todos gritaban a un solo esquiador. Estas pistas son cortas, de 500 o 600 metros, y se veía a toda la gente abajo”. Los pelos de punta. Asimismo, se tratan de las pistas “más difíciles” del Circuito Internacional en el que se encuentra el joven vasco, que decidió tomar parte en la carrera porque “en los últimos entrenamientos no nos estábamos encontrando mal y tomamos esta opción”.

El balance del primer año En su primer año en el marco Internacional, Del Campo ha competido sobre todo en la Copa de Europa, con buenos resultados y calificando varias veces en el top’30 y el top’20, pero no se conforma. “Ahora mismo, estas últimas dos semanas no han sido nada buenas ni para mí ni para mis compañeros. Estamos en un bajón tanto físico como mental. Llevamos mucho tiempo fuera de casa”, argumenta el mungiarra, quien aclara que “pero nos hemos dado cuenta de que vemos el lado negativo porque hasta ahora hemos conseguido cosas muy buenas. A pesar de que hayamos tenido buenos resultados en la Copa de Europa, de que hayamos puntuado varias veces y de que estamos ganando a gente que hace un año y un par no lo podíamos ni imaginar, vemos lo de las últimas semanas y pensamos que no estamos bien. Está por debajo de lo que conseguíamos hace un mes, pero muy por encima de lo de hace un año”.

Aun así, al esquiador de Mungia le quedan dos meses para seguir demostrando su valía y está previsto que siga en el equipo hasta los siguientes Juegos Olímpicos. “Esa confianza hace que quieras estar aquí haciendo mejores cosas”, concreta Del Campo. En el horizonte, el vizcaino tiene previsto continuar fajándose en unas carreras para mantener los puntos FIS, dando guerra en Europa y creciendo en la Copa del Mundo.