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Europa no suelta la Ryder

El galés Jamie Donaldson sella la tercera victoria seguida ante Estados Unidos, que no tuvo opciones

Europa no suelta la RyderEFE

bilbao - El abrazo en el hoyo 17 de Gleneagles entre Rory McIlroy y Graeme McDowell fue el preludio del tercer triunfo consecutivo de Europa en la Ryder Cup. Los golfistas norirlandeses, antes íntimos y ahora con una relación tocada por cuestiones económicas, no han jugado juntos esta vez, pero pusieron a un lado sus diferencias para convivir sin problemas y contribuir al éxito del equipo continental. En la última jornada, donde los europeos aumentaron su renta hasta un 16 y medio a 11 y medio, su actuación fue clave para impedir que Estados Unidos estrechara el marcador en los primeros partidos individuales del día y soñara con la remontada.

McIlroy fue el primero en terminar ya que, tras firmar cinco birdies en los seis primeros hoyos, destrozó a Rickie Fowler (ventaja de cinco con cuatro por jugar), una de las bazas americanas tras hacer entre los cinco primeros en los cuatro Majors de este año. El número 1 del mundo sabía de la importancia de su partido y se comportó como tal y se comportó como un líder. Por delante, iban McDowell y Jordan Spieth, el más joven de esta edición y debutante que marchaba con tres golpes de ventaja en el hoyo 9. Pero el norirlandés sacó su raza, le ganó cuatro hoyos seguidos y remontó hacia otro punto clave.

El alemán Martin Kaymer, héroe hace dos años en Medinah, también venció con claridad a Bubba Watson, una de las mayores decepciones del equipo de Estados Unidos en esta Ryder Cup. El ganador del Masters de Augusta ha perdido los tres puntos que ha disputado en Gleneagles y su actuación ha sido un lastre. Todo lo contrario que la del sueco Henrik Stenson, que cedió ayer ante Patrik Reed el único punto de los cuatro que ha jugado en el fin de semana.

Cuando el maratoniano inglés Justin Rose logró salvar los apuros ante Hunter Mahan para arrancar un empate y sumar su cuarto punto en cinco partidos, Europa empezó a ver muy claro el panorama porque solo una debacle podía hacer hincar la rodilla. El honor de cerrar la tercera victoria consecutiva de Europa le correspondió esta vez a Jamie Donaldson, un galés debutante con 38 años que ha sumado tres de cuatro puntos disputados y ayer distanció en cuatro hoyos a Keegan Bradley, otro del que el equipo estadounidense esperaba bastante más que un escaso punto.

final para la galería Con el triunfo de Donaldson, Europa llegó a los 14 puntos y medio que le servían para ganar de nuevo el título, pese a que quedaban varios partidos en juego en los que Sergio García venció a Jim Furyk, que ha sido derrotado en siete de las nueve Ryder en las que ha participado, Ian Poulter sumó ante Webb Simpson el primer empate de su carrera que le mantiene invicto en los duelos individuales después de cinco participaciones y el debutante francés Victor Dubuisson, una de las sensaciones de este fin de semana y el primer golfista de su país que logra un punto en la Ryder Cup, cerró con un empate ante Zach Johnson tras el cual recibió los felicitaciones sinceras y admiradas de sus compañeros, rendidos a la sangre fría y los excelentes golpes del benjamín del grupo.

Ese espíritu de equipo es el que propulsa a Europa que ya acumula seis triunfos de siete en este siglo y diez más un empate desde que los jugadores del resto del continente se unieron a los británicos en The Belfry en 1995. Esta vez, los americanos ni siquiera podrán culpar a Tiger Woods, sino a sus malas prestaciones en los foursomes, esa modalidad de golpes alternos en la que es importante la compenetración de la pareja y que les ha hundido de nuevo en Gleneagles. Dentro de dos años, en el Hazeltine National de Minnesota, Estados Unidos tendrá que evitar la más larga racha de victorias de Europa que, al menos en el golf, aparca las nacionalidades para buscar el bien común.