LA cuenta atrás ha terminado para Lucas Egibar, el snowboarder donostiarra. Mientras que los otros dos deportistas vascos presentes en Sochi ya han tenido la oportunidad de tomar parte en tres de las cuatro pruebas en las que van a participar cada uno de ellos, el joven guipuzcoano ha tenido que esperar hasta hoy para poder soltar todo su talento en un único día de competición. Con sus 20 años recién cumplidos, Lucas debuta en unos Juegos Olímpicos en snowboard cross, una espectacular modalidad en la que además de la técnica y la habilidad para superar el recorrido de la carrera, hace falta sangre fría y visión para eludir los contactos y choques con el resto de competidores. Aunque la prueba arranca con bastantes riders con experiencia optando a medalla, Lucas Egibar saltará a la nieve con argumentos para pensar que puede conseguir la primera presea vasca en unos Juegos Olímpicos de invierno.
A partir de las 11.00 horas, 8.00 horas en Euskadi, Egibar podrá demostrar que los buenos resultados cosechados en su primer año en categoría senior no son fruto de la casualidad, sino de su talento y del trabajo. Tras proclamarse campeón del mundo junior en Turquía, el guipuzcoano ha probado lo que se siente al subirse al podio en dos pruebas de la Copa del Mundo. Fue tercero en Aroa, Suiza, y segundo en Andorra, en una prueba disputada el pasado mes de enero.
El donostiarra, junto a sus compañeros de la selección española, llegó a Sochi este viernes después de un viaje maratoniano que a buen seguro no es lo mejor en vísperas de una competición olímpica. Tras acomodarse en Sochi el viernes por la noche, el sábado pudo tener el primer contacto con una pista que ya conocía de una prueba de la Copa del Mundo. El circuito del Extreme Park de Rosa Khutor cuenta con 750 metros, con salida a 1.187 metros de altitud y un desnivel de 172. "El circuito es parecido al del año pasado en la Copa del Mundo", explicaba Lucas Egibar, "aunque con algunas modificaciones. Hay un par de saltos que son más grandes". Precisamente en uno de esos saltos fue donde el joven guipuzcoano tuvo un percance en el entrenamiento: "La primera parte y la tercera son más tranquilas, pero la intermedia, en la que me caí ayer tiene dos grandes saltos y es muy movida. Se va muy rápido. Es mucho más complicada de lo que parece en la televisión".
En esa caída Lucas se lastimó en un talón. "Me duele. Espero que no sea nada", decía nada más terminar el entrenamiento. En las últimas horas, el donostiarra ha mimado esa zona del pie dañada y, por lo que explicaba ayer, parece que podrá competir sin problemas: "Aquí estoy. Aún tengo molestias, pero estoy todo el rato con el fisioterapeuta". Incluso se permitía bromear pese a estar en la víspera de una prueba tan importante: "Debe de estar harto de mí, porque me está haciendo sufrir". Que tenía mejores sensaciones quedaba claro al escucharle: "Hoy hemos podido entrenar un poco y, dentro de lo que cabe, estoy bien".
Al margen de ese contratiempo físico, Lucas se ve en condiciones de ser competitivo. "Yo creo que estoy bien", explicaba en Sochi, "de las últimas carreras, algunas me han ido bien y otras regular. Antes de venir hicimos buenos entrenamientos en Vallnord. Estuvimos en muchos sitios. En Pal, en Arinsal, en Ordino... Salvo un día que nevó mucho, aprovechamos bien el tiempo. Estoy contento porque soy joven. No tengo nada que perder y mucho que ganar".
No le faltarán rivales para batir, pese a que no estará en la línea de salida el vigente campeón olímpico, el estadounidense Seth Wescott. Analizando los podios de la Copa del Mundo se puede intuir quiénes son los aspirantes a medalla. El favorito es el australiano Alex Pullin, pero también hay que destacar al italiano Omar Visintin y al estadounidense Nate Holland. También querrá aprovechar sus bazas el austríaco Alessandro Hämmerle.
A pesar de tener que vérselas con esos riders más experimentados, Lucas Egibar confiesa que "ha soñado con ganar una medalla". Si repite el rendimiento exhibido en la Copa del Mundo y se mantiene alejado de los golpes y contactos de sus rivales, puede hacer historia para el deporte vasco, ya que sería la primera medalla que Euskadi consiga en unos Juegos Olímpicos de invierno.
mala suerte para de la cuesta La jornada de ayer también tenía a un deportista vasco en competición, pero Paul de la Cuesta no tuvo un día muy afortunado. El esquiador donostiarra afrontaba su tercer envite en los presentes Juegos Olímpicos de Sochi, pero no pudo quedarse con la buena sensación de las otras dos actuaciones, ya que se fue al suelo en el supergigante y no pudo llegar a la línea de meta.
A pesar de este mal trago, a De la Cuesta aún le espera un cuarto reto en la ciudad rusa. Tendrá que competir en el gigante este miércoles. Ahí volverá a tener el objetivo de colarse entre los quince mejores clasificados. La participación vasca terminará el domingo, cuando Imanol Rojo compita en los 50 kilómetros.